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Las lápidas de lo que ahora es Kirguistán han revelado detalles prometedores sobre los orígenes de la peste negra, el brote de peste más devastador del mundo que se estima que terminó con la mitad de la población europea en el espacio de siete años durante la Edad Media.

El origen de esa pandemia ha sido debatido por los historiadores durante siglos, pero las lápidas inscritas, algunas de las cuales hacían referencia a una misteriosa peste, y el material genético de los cuerpos exhumados de dos sepulturas que datan del siglo XIII han proporcionado algunas respuestas concretas a esta vieja cuestión.

Los investigadores excavaron por primera vez los enterramientos en la década de 1880. Las inscripciones de las lápidas, escritas en lengua siríaca, fueron reexaminadas minuciosamente en 2017 por el historiador Phil Slavin, profesor asociado de la Universidad de Stirling, Escocia. Se dio cuenta de que, de los 467 entierros que estaban fechados con precisión, un número desproporcionado, 118, se produjeron en solo dos años: 1338 y 1339. Es una revelación que describió como «asombrosa».

«Cuando tienes uno o dos años con exceso de mortalidad, significa que algo estaba pasando. Pero otra cosa que realmente me llamó la atención es el hecho de que no fuera un año cualquiera, porque solo fueron siete u ocho años antes de que (la plaga) llegara a Europa”, dijo Slavin en un comunicado de prensa.

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«Siempre me ha fascinado la peste negra. Y uno de mis sueños era poder resolver este enigma de sus orígenes», añadió.

Slavin y sus colaboradores descubrieron que los restos de 30 de los individuos enterrados en las tumbas de Kirguistán habían sido llevados al Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía de San Petersburgo, Rusia. El equipo de investigación consiguió el permiso para intentar extraer el ADN de los esqueletos con el fin de entender cómo habían muerto.

De siete de los individuos, los investigadores pudieron extraer y secuenciar el ADN de sus dientes. En este material genético, encontraron el ADN de la bacteria de la peste, que los científicos llaman Yersinia pestis, en tres de los individuos, que tenían el año de muerte 1338 inscrito en sus lápidas.

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Por AL PE

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