Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos

 

Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos

En tiempos antiguos, la Biblioteca de Alejandría era el corazón de la sabiduría, un repositorio del conocimiento humano que, de manera trágica, fue consumido por el fuego. Hoy en día, enfrentamos una amenaza similar, pero esta vez no proviene de la ignorancia o el fanatismo, sino del poder implacable de las ganancias económicas.

 

El Internet Archive, una moderna Biblioteca de Alejandría, está en graves problemas, bajo el asedio de gigantes corporativos que buscan redefinir el acceso al conocimiento por meros beneficios financieros.

 

Hace un par de días, el Internet Archive compartió una carta en Change.org dirigida a las editoriales que han liderado una campaña legal en su contra. La carta comienza con una potente declaración: «Somos beneficiarios de por vida de las bibliotecas. Somos ávidos lectores, educadores, investigadores, bibliotecarios, autores, editores y aprendices de por vida cuyas vidas y comunidades han sido transformadas por el acceso público al conocimiento». Este llamado es un grito desesperado en medio de una batalla legal que recuerda la histórica destrucción de la Biblioteca de Alejandría.

 

Por más de veinte años, el Internet Archive ha sido una herramienta esencial para estudiantes, profesores y lectores alrededor del mundo, proporcionando acceso a una biblioteca vital de libros que, de otro modo, serían inaccesibles debido a limitaciones geográficas, financieras o físicas. Sin embargo, la decisión de las editoriales de retirar estos libros está teniendo un impacto devastador en los lectores de Estados Unidos y del mundo, con implicaciones que se extienden mucho más allá de lo inmediato y que aún no se ha podido dimensionar el impacto.

 

La decisión de restringir el acceso a estos libros impide el progreso académico e innovación, especialmente en comunidades desatendidas. En un mundo donde la educación es la clave para superar barreras socioeconómicas, esta restricción es un golpe directo a los más vulnerables. No todos tienen una biblioteca local a su disposición, pueden viajar a una, o se sienten seguros accediendo a la información que necesitan en público. Además, las repercusiones de que plataformas tecnológicas recolecten datos sobre los hábitos de lectura son potencialmente devastadoras para la privacidad de los individuos.

 

El Internet Archive democratiza el acceso al conocimiento. Al restringir el acceso a estos libros, se dificulta que las familias de bajos ingresos, personas con discapacidades, comunidades rurales y personas LGBTQ+ puedan leer y aprender. El ataque a los derechos de las bibliotecas para poseer y preservar libros digitales es, en esencia, un ataque a la preservación cultural.

 

El Internet Archive no es solo una colección de libros; es un guardián de la historia cultural y del conocimiento humano. Su misión es preservar estos artefactos digitales y hacerlos accesibles para siempre. Este esfuerzo es vital en un momento en que los libros son prohibidos y las bibliotecas enfrentan ataques de diversas formas, tan sólo hace falta asomarnos a casos en donde asociaciones de padres de familia ultraconservadoras han tratado de eliminar libros y bibliotecas por contener libros de biología o de textos que son incómodos a sus creencias.

 

El caso de Hachette vs. Internet Archive, que resultó en la eliminación de más de 500,000 libros del archivo digital, es una manifestación clara de cómo las ganancias económicas pueden superar el bien público, encabezados por los sellos editoriales, Hachette, HarperCollins, Penguin Random House y Wiley el ataque al archivo es fundamentado porque la práctica de préstamo digital “es una forma de piratería”, ignorando la noble misión de preservar y proporcionar acceso al conocimiento.

 

Este enfrentamiento legal no solo amenaza al Internet Archive, sino que sienta un precedente peligroso para el futuro de las bibliotecas y el acceso al conocimiento. Este tipo de decisiones legales, impulsadas por el poder corporativo, subrayan la vulnerabilidad de las instituciones dedicadas al bien común frente a intereses económicos poderosos.

 

La historia nos ha enseñado que la pérdida de una biblioteca es más que la pérdida de libros; es la pérdida de la memoria y la sabiduría colectiva de la humanidad. Hoy, mientras el Internet Archive lucha por su supervivencia, debemos recordar la lección de la Biblioteca de Alejandría. Permitir que intereses económicos destruyan un repositorio de conocimiento tan vital sería un error catastrófico.

 

La apelación del Internet Archive contra la decisión de retirar los libros se dará el 28 de junio en Nueva York, mientras tanto, el apoyo internacional a su causa sigue creciendo y desde este espacio respaldamos dicho repositorio. Hoy y siempre, es crucial que defendamos el derecho de las bibliotecas a poseer, preservar y prestar libros.

En un mundo donde el acceso al conocimiento es cada vez más controlado por unos pocos, debemos proteger las instituciones que democratizan el acceso a la información y preservan nuestra herencia cultural para las futuras generaciones.

 

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