En política, la imagen cuenta, pero la autenticidad pesa más. Marco Bonilla, alcalde de Chihuahua, parece no tener un buen equipo de imagen. En eventos como la reciente inauguración de un domo, se le ve con sombrero vaquero, pero el look grita oportunismo. Ese sombrero, sacado del clóset solo para la foto, no engaña a nadie. El estilo no se improvisa, Marco. En Chihuahua, hay quienes llevan el sombrero con orgullo natural, con botas que pisan el campo y jeans que narran su vida. Usarlo solo para posar es disfrazarse de cultura, no vivirla.
Por otro lado, Arturo Medina da muestra de eso, el diputado, encarna el liderazgo que sí conecta. Su mesa técnica para combatir enfermedades del ganado muestra compromiso con los ganaderos y le sabe a eso de vaqueros y vacas, un pilar económico del estado. Coordinando con visión y actuando con urgencia, Medina protege la industria bovina frente a cierres fronterizos. Y si lleva sombrero, seguro lo hace con la autenticidad de quien conoce el terruño, no como un accesorio de campaña. ¡Eso es liderazgo con estilo!
Tony Meléndez comienza a destacarse en el aparador político estatal con una estrategia sencilla pero efectiva: recorrer municipios, hablar de frente y conectar con la gente sin carretadas de dinero ni campañas ostentosas. Acompañado por Alex Domínguez, el diputado federal del PRI ha intensificado su presencia en el V Distrito, aprovechando fechas como el 10 de mayo para fortalecer su cercanía con la ciudadanía. En eventos recientes en La Cruz y Camargo, además de felicitar a las madres, abordó temas sensibles como la sequía y la apertura de la presa El Granero, criticando la falta de claridad del Gobierno Federal y exigiendo que se respete el agua concesionada a los agricultores.
Su discurso directo, su experiencia legislativa y su conexión con las bases priistas lo colocan como una figura emergente rumbo a la gubernatura. Sin estructuras infladas ni derroche de recursos, Meléndez empieza a posicionarse en el ánimo ciudadano y no sería sorpresa que, de seguir ese ritmo, pronto supere en preferencia a perfiles como el del panista Marco Bonilla, cuya proyección aún depende en gran medida del aparato gubernamental y de una promoción más costosa.
Ahora que los regidores del PAN ya pudieron salir a la luz y les dieron chanza de promocionarse, los que parece que han sido callados o nomás no quieren figurar son los de MORENA, porque en las últimas sesiones de cabildo u oportunidades, no han brillado mucho; como que se cansaron o están en espera de desenvainar la espada.
Las que sí aprovecharon sus momentos para darse a notar, son las dos regidoras del PRI, Rosy Carmona y Ana Lilia Orozco, quienes no han parado de publicar en redes sociales y protagonizar en eventos como la alianza de luchar por visibilizar la discapacidad, así como relevancia de las mujeres en la función pública.
En cuanto a los de izquierda, tal parece que el presidente del consejo estatal en Chihuahua Hugo González Muñiz, está más enfocado en la política estatal y nacional, o como quien dice, mejorar afianzar para asegurar su candidatura para alcalde de Chihuahua en 2027, pero de la regiduría, pos no se ha visto mucho.
Mientras tanto, los que llevan la delantera son los azules, porque parece que una ves que les soltaron las riendas, se dedicaron a promover sus acciones, iniciativas, programas, gestiones y visitas a colonias; la más sobresaliente, Paty Ulate, le sigue Lupita Borruel, que tomó el tema de salud, luego el hijo del ex secretario de Desarrollo Social, Adán Galicia, al meterse de lleno en el deporte, así como en la grilla con Isela Martínez y el dúo dinámico de Félix Martínez e Issac Díaz; pues si están haciendo jale, que lo hagan y no sean boicoteados por Comunicación Social del mismo Municipio, que ve fantasmas en todos lados y espías de Hydra comunista para acabar con el alcalde.