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La gestión de la Subsecretaría de Movilidad en Chihuahua enfrenta un desafío significativo. La falta de organización en los espacios de emergencia y seguridad, así como la ausencia de señalización adecuada en áreas críticas, es un tema que requiere atención inmediata esto es urgente y necesario para respaldar a los que más lo necesitan, no es el que hagan un puente o los escolten son personas vulnerables en estados de salud, y sin los señalamientos viales esto los hace más vulnerables.
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Los cruces peatonales cerca de instituciones importantes, como el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Hospital de Especialidades Infantil y la clínica del ISSSTE, carecen de la señalización necesaria para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Esto no solo es un tema de seguridad, sino también de respeto a la ciudadanía.
Es hora de que la Subsecretaría de Movilidad tome medidas concretas para abordar estas deficiencias. La ciudadanía merece tener espacios seguros y bien organizados. Es importante que se priorice la seguridad y la accesibilidad en los espacios públicos.
En un espectáculo que recuerda a las comadres de barrio echándose la culpa unas a otras, los políticos de Chihuahua han convertido la construcción del nuevo hospital del IMSS en un circo de dimes y diretes. Se han enfrascado en un pleito mediático sobre la donación de un terreno para el proyecto. Parecen más interesados en señalar culpables que en resolver el problema. Sin embargo, Leopoldo Mares, presidente del CCE, ha entrado en escena como el adulto en la habitación, pidiéndoles que dejen la “chirinola” y se pongan a trabajar de una vez por todas. Con un tono práctico, Mares les paró el carrito, recordándoles que el objetivo es un hospital que beneficie a los derechohabientes, no un reality show de dardos verbales.
En una serie de llamadas telefónicas, Mares dialogó con los involucrados, logrando un acuerdo para coordinarse y avanzar en las gestiones. Un terreno de doce hectáreas junto al fraccionamiento Punta Oriente, propiedad de la COESVI, está en trámite, pero el proceso no es tan simple como entregar un lote baldío. Mientras tantos, Julio Mercado, de la CMIC, encabeza un equipo de ingenieros que analiza aspectos técnicos como accesibilidad, servicios y tipo de suelo, porque, como bien dijo Mares, “un hospital no es una planta industrial que se construye en meses”. Mientras los políticos siguen con sus dos verdades a medias, el empresario ha puesto el dedo en la llaga: menos drama y más acción para que Chihuahua tenga, después de 57 años, un hospital a la altura de las necesidades.
Doble knockout de Bonilla para Morenistas; primero, el terreno para el IMSS. ¡Sorpresa! Resulta que sí hubo una donación —qué novedad, si ya estaba en trámite desde 2019 y fueron formalidades que tardaron hasta el 26 de febrero de 2021— para un terreno de nada despreciables 86 695.48 m² en Avenida Central, Ejido La Concordia, aprobado “por unanimidad” en Cabildo, dictaminado desde 2019, y con condiciones claras para construir el hospital (con escritura y que inicien obras en dos años). ¡Pero esto, claro, se ve mejor ignorado!
Mientras tanto, en el otro rincón del ring… Morena y afines declarando que “no existe donación” ni trámite legal. ¿Qué? ¿En serio? ¿Alguien no leyó los documentos? A lo que Bonilla respondió con un alivio casi maternal: Morena simplemente “carece de conocimiento”, porque, sí, el municipio ya entregó el predio (que el IMSS puede usar para una clínica ya mismo si quisiera), y encima se ofrecieron tres predios adicionales —al norte, al sur, incluso el estado puso opciones— pero “el delegado del IMSS no se decide”. ¡Plano doble KO a los correveidiles!
Segundo round: firma de crédito con Santander para puentes. Resulta que el alcalde, siempre tan modesto, se lució firmando un jugoso crédito de 570 millones de pesos con el banco Santander —“el que ofreció las tasas más bajas”, sí, esas que se presumen— para construir tres puentes viales (orientales, norte y poniente), obra que “se pagará en esta administración”, según sus propias palabras; gratamente se prevé licitar y ejecutar en 12-13 meses.
Eso sí, para no perder la costumbre, Morena y el Congreso metieron su cucharita: aprobaron el crédito pero condicionaron que haya una mesa de vigilancia especial —como si sospecharan que podría haber otro desvío— y la diputada Brenda Ríos ya advirtió que estarán al pendiente de cada centavo y cada licitación, que hasta estuvo presente en la firma; por cierto, en el boletín oficial del Municipio no salió la legisladora, pero ella si presumió en sus redes sociales.
En la oficina del Ayuntamiento de Chihuahua, los chismes están que arden. Resulta que el regidor del PAN, Adán Galicia, no puede con la idea de que Mario García, director de Desarrollo Humano y Educación, tenga un perfil tan “prometedor” que podría algún día aspirar a ser alcalde. ¡Qué atrevido!
La tensión ha subido tanto que ya circulan inventos: que Mario no da las gracias al actual alcalde, Marco Bonilla, en sus entrevistas, y que todo es para eclipsarlo. Claro, nada de eso es cierto, pero oye, ¿qué sería del drama político sin un poquito de creatividad? Mientras tanto, Bonilla sigue luciéndose, Mario hace su trabajo, y Galicia… bueno, Galicia parece que ya compró palomitas para ver la película desde primera fila.
Conclusión irónica: en el paraíso municipal, algunos discuten por futuros títulos y reconocimientos, mientras otros simplemente intentan que las cosas funcionen. El show, por ahora, continúa.
El regreso a clases en la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) ha dejado a muchos alumnos con más indignación que entusiasmo. Redes sociales arden con quejas: aulas sin condiciones, servicios incompletos, y esa sensación de que lo que pagan en inscripción no se refleja en nada más que en facturas.
Algunos estudiantes ya se preguntan si los millones que la universidad debe a Pensiones Civiles del Estado no estarán afectando la experiencia educativa. Porque, claro, parece que antes de mejorar aulas, laboratorios o servicios, primero toca lidiar con deudas monumentales. Y mientras los jóvenes se quejan, la pregunta flota en el aire: ¿habrá que esperar a que la UACH pague esas obligaciones para que los alumnos finalmente reciban lo que pagaron… o seguiremos en modo “inscripción premium, servicio básico”?
Conclusión sarcástica: los alumnos pagan y pagan, pero al parecer la universidad todavía está en “fase de prueba”: edificios, recursos y servicios… por ahora, solo en Instagram.
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