PAUSA.MX

Son cuando menos dos los grandes escándalos de corrupción que afectan a cercanos y a familiares de López Obrador.

El primero a cargo de su amigo, el que le dio su primera “aviaduría” en el Instituto Nacional Indigenista, Ignacio Ovalle señalado por el robo de ya casi 20 mil millones de pesos a Segalmex.

El segundo, el de los tres hijos mayores de AMLO a quienes se ubica como facilitadores de grandes negocios con la Administración que encabeza su padre en prácticamente todas las dependencias públicas.

No son los únicos. También en casi todas las secretarías y organismos públicos todavía a cargo de la 4T se han detectado desvíos, robos, fraudes de quienes hace seis años todavía decían que iban a erradicar la corrupción.

Meros trucos de campaña electoral engañabobos. La corrupción no sólo no fue abatida, ¡se disparó con los obradoristas!

Por eso resultan poco creíbles los señalamientos, dichos y promesas de la candidata oficialista Claudia Sheinbaum de, ahora sí, ir en contra de la corrupción.

Para creerle, si ella llegara a ganar, necesitaría empezar por enchiquerar a los hijos de AMLO.

Sólo así…

Pero…

Bien dicen que las campañas se hacen en verso… pero se gobierna en prosa.

Y Xóchitl Gálvez se puso poética y comenzó a hacer lo mismo que hacen todos los demás: prometió regalar dinero.

Apenas, en Tlaxcala, prometió que, de ganar las elecciones, la beca para estudiantes de educación básica será universal, sin importar si cursan en una escuela pública o privada.

Como se sabe, su contrincante morenista ha ofrecido la misma beca, pero sólo para los educandos que asisten a escuelas públicas.

Gálvez, entonces, se puso generosa y su ofrecimiento es para ambos sistemas, tanto el público como el privado, porque hay padres que, dijo ella, hacen un gran esfuerzo enviando a sus hijos a esos planeteles.

Dar, dar, y dar. Regalar, regalar y regalar.

Suena a verso, ¿no cree usted?

* * *

¿Qué se sabe de la misión especial que hace ya mes y medio fue enviada a Panamá a rescatar a un poco conocido personaje del siglo XIX?

Capricho de un López Obrador que se siente historiador y hasta escritor, 20 militares, 60 marinos, dos miembros del cuerpo diplomático y 11 funcionarios de la Comisión Nacional de Búsqueda recibieron la orden de encontrar a Catarino Erasmo Garza Rodríguez, periodista tamaulipeco que intentó fallidamente derrocar a Porfirio Díaz, y quien habría fallecido en 1895 en Bocas del Toro, Panamá.

Y hasta allá fueron. Lo intentaron primero en avión, pero en el destino no había pista adecuada para el aterrizaje. Se decidieron finalmente por una travesía marítima a bordo del buque Huasteco AMP 01, de la Marina Armada.

Llegaron a las costas de la isla Bocas del Toro “a la mexicana”, pues no llevaban permisos de los gobiernos locales, pese a que se sabe que desde 2022 se preparaba esa incursión.

Les concedieron cuatro días después de su arribo un permiso para excavar, pero no para exhumar.

Y ahí les perdimos la pista a estos improvisados exploradores.

¿Ya encontraron a don Catarino?

Ojalá y se nos informe el resultado de este costoso capricho de López Obrador. Él no ha sacado un centavo de su bolsillo. Lo hemos pagado los contribuyentes.

Por AL PE

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