Rusia advirtió ayer que podría detener el suministro de gas natural a otros clientes que tiene en la Unión Europea si se niegan a pagar en rublos, después de suspender el envío a Polonia y Bulgaria.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció el “chantaje inaceptable” de Rusia con el corte de suministro de gas, una acción que también criticaron en sendas declaraciones el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
«El anuncio de Gazprom de que unilateralmente cesa el envío de gas a sus clientes en Europa es otro intento de Rusia de usar el gas como instrumento de chantaje. Es injustificado e inaceptable”, dijo Von der Leyen.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que Rusia “está en desacuerdo categórico” con esta definición.
Según defendió, la necesidad de recibir los pagos en rublos ha sido causada “por esos pasos sin precedentes” que países “hostiles” tomaron contra Moscú en el marco de la invasión a Ucrania.
«Esta necesidad fue dictada por el hecho de que nos bloquearon y (…) robaron una cantidad bastante significativa de nuestras reservas. Todo esto requería una transición a un nuevo sistema de pago”, indicó Peskov, asegurando que “no se trata de ningún chantaje”.
«Todas estas nuevas modalidades fueron comunicadas con anticipación a (…) los clientes”, aseveró. “Si alguno se niega a pagar con el nuevo sistema, se aplicará el decreto del presidente ruso, Vladimir Putin (firmado a finales de marzo, estipulando el pago en rublos)”, agregó.
Peskov también indicó que Rusia “ha sido y sigue siendo un proveedor confiable de recursos energéticos para sus consumidores y Rusia sigue comprometida con sus obligaciones en virtud del contrato”, recogió la agencia de noticias rusa Interfax.
Alemania advirtió de los graves perjuicios económicos que supondría el cese del suministro. “Nos preocupa ver que las entregas se han detenido en los socios europeos. Estamos en estrecha coordinación con la Unión Europea para resolver la situación”, dijo un portavoz del ministro de Economía y Energía alemán, Robert Habeck.