En México es muy común que apenes inicie un sexenio, se establezcan los momios para la siguiente elección que tardará en llegar seis años.
Las cartas se abren y asoman algunos de los personajes que obtuvieron victorias electorales que, para algunos, valen la pena para ser considerados como posibles prospectos para la siguiente contienda electoral.
Alunas de ellas son caras nuevas, personajes que antes de la elección presidencial no pintaban en ningún terreno y otros viejos lobos de mar que saltan ante cualquier pretexto para alzar la mano y pasar lista de presente.
Sin embargo, las calabazas ruedan y se van acomodando de acuerdo a las circunstancias y muchos de ellos y ellas se van quedando en el camino.
Hombres y mujeres que en el pasado no lejano intentaron participar como candidatos o candidatas van quedando en el olvido. Algunas de las caras nuevas no cumplieron con su propósito y del cargo actual no pasarán, cumpliendo su ciclo.
Mujeres como Ivonne Ortega que aspiró a competir por el PRI hace seis años y Patricia Mercado que lo hizo como candidata presidencial hace década y media, continúan en la actividad política, pero sin gran representatividad. Ambas pertenecen ahora al grupo de legisladoras de Movimiento Ciudadano.
Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, convertido en 2018 en una figura atractiva para 2024 se perdió en la inmensidad de la nada y ahora sus electores se arrepienten de haber votado por él.
Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, quien durante los primeros meses de la actual administración se puso a la cabeza de un movimiento anti peje, se hizo chiquito y prefirió refugiarse en su administración estatal, aunque, según Dante Delgado, es uno de los gallos para la eventual candidatura presidencial de este partido.
Manlio Fabio Beltrones al que muchos veían como el favorito para la candidatura presidencial priista en 2018, desapareció del mapa político y eventualmente se deja ver en algunos restaurantes de lujo, de vez en vez.
De Ricardo Anaya, candidato panista derrotado en 2018, nadie sabe su paradero y deberá rendir declaración ante la justicia, antes de cualquier cosa.
Margarita Zavala que consideró que en 2018 no había las condiciones necesarias para su candidatura, a la que renunció. Se encuentra con bajo perfil en la Cámara de Diputados.
Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” no podrá aspirar a ser nuevamente candidato presidencial, cuando menos en la siguiente, ya que se encuentra recluido en una crujía, acusado de delitos varios.
Javier Corral, ex gobernador de Chihuahua, tiene la espada de Damocles sobre su cabeza, ante la persecución que le tiene preparada su sucesora en el gobierno de aquel estado, Maru Campos.
Del equipo de Andrés Manuel López Obrador salieron como favoritos dos integrantes: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX y Marcelo Ebrard, bombero en la secretaría de Relaciones Exteriores.
Conforme corrieron los meses y años de gobierno, ambos se mantuvieron en la disputa de la candidatura y añadieron otros nombres como Ricardo Monreal y Adán Augusto López. De las “corcholatas” presidenciales, las demás se desvanecieron.
Por el lado de la oposición aparecieron nuevos nombres, los más de ellos sin causar gran impacto entre los electores. Mauricio Vila y Mauricio Kuri, gobernadores de Yucatán y Querétaro. Santiago Creel, un toro sin demasiado trapío. Alejandro Moreno, Alejandro Murat (se le esfumo la escasa posibilidad) y Enrique de la Madrid de un priismo desvencijado. Lorenzo Córdoba del que se desconoce si se atreverá o no a participar.
En ese lapso aparecieron nuevos aspirantes que hasta hace seis meses no estaban considerados: la senadora Lilly Téllez, que de pertenecer a la bancada de MORENA se convirtió al panismo y en feroz opositora de López Obrador. Luis Donaldo Colosio quien desde la alcaldía de Monterrey quiere dar el salto a una candidatura presidencial, apoyada en el nombre y apellido. Samuel García gobernador de Nuevo León, quien tiene un enorme burel demasiado bravo para capotear y que ya le pegó las primeras revolcadas.
De toda esa larga lista de nombres, solamente dos o tres de ellos aparecerán en la boleta electoral en 2024.
El gobernador Luis Miguel Barbosa y las autoridades judiciales de Puebla, se convirtieron en los aguafiestas de las bodas. Primero frustraron la boda del periodista Arturo Rueda, detenido el día que habría de celebrar su enlace y ahora procedieron en contra de Javier López Zavala, ex candidato priista a gobernador y acusado de asesinato, quien se casaría el 24 de junio.