Perú anunció este lunes que evalúa suspender temporalmente las visitas a Machu Picchu tras cuatro días de protestas de pobladores contra la «privatización» de la venta de entradas a esta ciudadela inca patrimonio cultural de la Humanidad.
Según la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, los líderes de la movilización plantearon el cierre por seguridad, ante la falta de diálogo para levantar la medida que incluye el cierre de comercios, marchas y bloqueos en la vía férrea.
El fin de semana fueron evacuados en tren más de 1,200 turistas nacionales y extranjeros que quedaron atrapados en las protestas, algunos de los cuales no lograron ingresar al complejo prehispánico.
La ministra de Cultura añadió que el gobierno solo dialogará si se levanta la «huelga» que deja pérdidas diarias por un millón de soles (unos 263 mil dólares).
La protesta fue organizada por colectivos del distrito de Machu Picchu Pueblo, en el departamento de Cusco, en rechazo a la decisión del ministerio de Cultura de contratar a un intermediario privado para que gestione la venta en línea de los ingresos.
El Gobierno de Perú había alegado en principio problemas con su plataforma, pero este lunes denunció un foco de corrupción en la gestión de los boletos que cedía para su venta en ventanilla.
Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1983, Machu Picchu, ubicado a 130 kilómetros de la ciudad de Cusco y a 2,438 metros de altura, fue construido en el siglo XV por orden del emperador inca Pachacútec (1438-1470).