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La soberanía mexicana se defiende con argumentos, no con calificativos señor presidente. Ante las acechanzas de los legisladores y algunas instancias norteamericanas hay que buscar los canales diplomáticos para contrarrestarlas.

A los informes sobre algunos aspectos de su gobierno, sino son ciertos como usted los considera señor presidente, no se les responde de manera irónica, con calificativos como el de “es un bodrio”, o llamando “departamentito de Estado” a una comisión interdisciplinaria que realizó el estudio, número 47, sobre derechos humanos en México; se les responde con datos duros, de lo contrario se está aceptando que el informe es real.

Nadie duda que usted tiene la obligación constitucional de defender los intereses nacionales ante cualquier tipo de embestida del exterior, venga de donde venga, pero no de esa forma como lo hizo en la mañanera de este miércoles. Así no señor presidente, si se tiene que corregir hay que hacerlo, sino hay que demostrar que no es cierto lo que dice el Informe.

En su tiempo los ex presidentes Luis Echeverría y José López Portillo tuvieron confrontaciones con los gobiernos en turno de los Estados Unidos, pero fueron resueltos por los canales diplomáticos, lo que evitó un daño mayor para los dos países.

No le juegue al valiente, Estados Unidos es una potencia mundial, es el principal socio comercial de nuestro país, en una confrontación de largo alcance, los únicos que saldríamos perdiendo somos los mexicanos. Es cierto, somos socios no subordinados, pero tampoco hay motivos para subirse al ring con los gringos.

A las bravatas del presidente de México, el Secretario de Estado Norteamericano, Antony Blinken respondió con un el tema de que hay que declarar como terroristas a los cárteles del narcotráfico y Blinken no es el secretarito del departamentito.

Con estas declaraciones de Blinken los Estados Unidos elevan el nivel de su presión y preocupación sobre la actual situación que se vive en México y que en los hechos de las últimas semanas le dan la razón a los gringos.

Un hecho es que después de la última reunión que sostuvieron los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin y la alianza entre los dos países, es algo que los dos países vecinos en América debe preocupar, pero eso acá no parece entenderlo el presidente López Obrador.

Mire usted a los políticos mexicanos lo que hacen cuando quieren quedar bien con el jefe, resulta que el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal se aventó la puntada de decir que quedó atrás el pasado neoliberal y corrupto, (El Mañana) del que fue parte su padre, Américo Villarreal Guerra, gobernador de la norteña entidad entre 1987 y 1993, justo en la cúspide del periodo neoliberal y justo cuando con el sueldo que su padre Ameriquito estudiaba medicina para convertirse en cardiólogo, especialidad en la que se sepa, nunca fue reconocido, como tampoco lo es en el terreno político. Por agradar al presidente, lastimó a su propio padre quien le dio educación y de comer. Lo que les espera a los tamaulipecos con este ingrato…Alejandro Moreno, que se siente un dictadorcito en el PRI echó toda la caballería para destituir al coordinador de la bancada priista en la Cámara de Senadores, Miguel Ángel Osorio Chong y ayer logró su objetivo para poner a ese lamebotas que es Manuel Añorve Baños.

Por AL PE

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