México mantiene una deuda superior a 1 billón de pesos derivada del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), mecanismo implementado durante el sexenio del expresidente Ernesto Zedillo como respuesta a la crisis financiera de 1994-1995. Esta medida trasladó pasivos bancarios privados al erario público con el objetivo de evitar un colapso financiero.
Hasta 2025, el país ha pagado más de 1.3 billones de pesos en intereses relacionados con esta deuda, y aún se adeuda una cantidad superior a 1 billón de pesos. Los pagos anuales de intereses rondan los 60 mil millones de pesos, lo que representa aproximadamente el 10 por ciento de la deuda interna total.
El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que podrían pasar hasta 50 años más para terminar de saldar el Fobaproa. Legisladores han impulsado diversas propuestas para reasignar los recursos destinados al pago de esta deuda hacia otras necesidades urgentes. Una de ellas fue presentada por el diputado Rubén Moreira Valdez, quien planteó utilizar los 40 mil millones de pesos asignados anualmente al Fobaproa para atender emergencias como la provocada por fenómenos naturales.
El origen de esta deuda y su persistencia en las finanzas públicas continúan siendo tema de debate, particularmente por su carga para el presupuesto nacional y su impacto en generaciones posteriores.