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Noticias Chihuahua.-

 

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Un hombre de 61 años identificado como Ramón M. C. fue arrestado en la colonia Fátima, municipio de Parral, por tratarse de uno de los presuntos asesinos de Gloria Cañez Chávez, activista por los derechos indígenas en Balleza, de 63 años, y su hija Sally Gladys Avella Cañez, de 23, contra quienes hace tres meses dispararon cincuenta y un ocasiones.

Las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), según informó ella misma mediante un boletín de prensa, establecen que Ramón y «otras personas arribaron al domicilio de las víctimas, a quienes sacaron de forma violenta del inmueble, donde les dispararon con armas de fuego y les provocaron la muerte».

Después de dar con su identidad y poseer pruebas que sugieren su posible responsabilidad en el homicidio, agentes policiales rastrearon y catearon la vivienda en Fátima donde se encontraba y lo arrestaron éste martes 12 de diciembre. Fue puesto a disposición del Juez de Control que lo requería para llevarlo a una audiencia donde el Ministerio Público le formulará imputación.

 

De izquierda a derecha: Sally Gladys Avella Cañez y Gloria Cañez Chávez.

 

El asesinato de la activista y su hija ocurrió la tarde de sábado 9 de septiembre en la comunidad de La Yerbabuena, municipio de Balleza, cerca de las 20:00 horas. Los homicidas: un grupo de sujetos armados, quienes detonaron balas de calibres 223, 7.62×39 y 40 milímetros. La FGE descubrió los cadáveres un día después, el domingo 10 de septiembre.

Cañez Chávez luchó por treinta años por los derechos de los indígenas. Y la hija le acompañó y ayudó en su causa. Con el emblema de «legítimo territorio rarámuri», luchaba por otorgarle a las comunidades indígenas de la Sierra la tenencia de las tierras que, a su juicio, les pertenecían por antigüedad, de modo que combatía la tala clandestina mediante el recurso legal de la adquisición de permisos.

Logró, de tal manera, que el Tribunal Agrario reconociera la existencia de la comunidad de La Yerbabuena y la facultara para aprovechar los recursos de madera de la región. El Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) reveló que, para el 12 de septiembre, tres días antes del homicidio, habría tenido lugar «una Asamblea General para nombrar una autoridad formal». Sin embargo, ésta no se pudo concretar por lo sucedido. Y, mientras tanto, los habitantes de Balleza reciben amenazas constantes.

Para el fiscal general César Jáuregui Moreno, de acuerdo a como declaró el lunes 11 de septiembre, el móvil del homicidio reside justo en eso último. Desde hace tiempo —reveló—, se tiene registro de varias denuncias interpuestas contra Cañez por parte de quienes se disputan la propiedad y el control de los ejidos. Por esos intereses en conflicto, argumentó: «Se trata de un conflicto forestal. [Cañez] tenía intereses en una nueva autorización que se dio para explotar unos predios».

Ese mismo mes, el día 26, a dos testigos presenciales del asesinato, Isidro Cruz Bustillos y su hijo Eduardo Cruz Cruz, los mataron para evitar que rindieran declaraciones sobre los involucrados. Gabino Gómez, del CEDEHM, reveló que ambas víctimas fueron interceptadas por un grupo delincuencial cuando se dirigían a Chihuahua capital para ofrecer su testimonio a las autoridades. Fueron apuñalados repetidas veces en el cuello y abandonados en un río que cruza por Satevó, donde elementos del Servicio Médico Forense (SEMEFO) los hallaron.

El esposo de Cañez, Rubén Avella Molina, también fue asesinado en 2012 en la comunidad de La Casita. Lo atacaron a balazos mientras conducía hacia Parral. Antes de morir debido a las heridas, llamó a Cañez para anunciarle de su agresión y despedirse de ella.

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