Un apagón eléctrico de gran magnitud afectó el lunes 28 de abril a amplias zonas de España, Portugal y el sur de Francia, dejando sin suministro a millones de personas y paralizando servicios esenciales como aeropuertos, trenes, semáforos y redes de telecomunicaciones.
El corte comenzó alrededor de las 12:00 del mediodía, hora local, y se extendió por gran parte de la península ibérica, con excepción de las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, que operan con sistemas eléctricos independientes.
Según Red Eléctrica de España, la causa inicial fue una fuerte oscilación de potencia en la red interconectada europea, lo que provocó un fallo técnico sin precedentes. Las autoridades descartaron inicialmente un ciberataque y atribuyeron el incidente a una falla en la red de interconexión.
El apagón afectó gravemente a la infraestructura de transporte y comunicaciones. Aeropuertos como el de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat suspendieron operaciones temporalmente, y se reportaron interrupciones en el servicio de trenes y metros en varias ciudades. Los semáforos dejaron de funcionar, lo que generó caos vehicular, y numerosos comercios y edificios quedaron sin energía.
En cuanto a las telecomunicaciones, las redes móviles y de internet experimentaron interrupciones debido a la dependencia de equipos que requieren suministro eléctrico constante. Aunque algunos centros de datos contaban con generadores de respaldo, la conectividad se vio limitada en muchas áreas.
Las autoridades activaron el Consejo de Seguridad Nacional para coordinar la respuesta al incidente. Red Eléctrica estimó que el restablecimiento completo del suministro podría tomar entre 6 y 10 horas.
Hasta el momento, el suministro eléctrico se ha ido recuperando de manera progresiva en diversas regiones, aunque persisten interrupciones en algunas zonas. Las investigaciones continúan para determinar las causas exactas del apagón y prevenir futuros incidentes similares.