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Vaya sorpresa la que se destapó con la aparición pública de César Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua y acusado de peculado agravado por el desvío de miles de millones del erario. Luego de salir de prisión para seguir su proceso desde la comodidad de su residencia en un fraccionamiento de lujo, Duarte reapareció con conferencia de prensa incluida y, para asombro de muchos, dejó entrever su posible regreso a la vida política, con el apoyo de partidos que ya le han tocado la puerta, incluso dejando en el aire que hasta MORENA lo habría buscado. Así que más vale que se agarren los que andaban tras de su sombra, porque todo indica que va por una candidatura a diputado federal.
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Con un cinismo afinado y un brazalete en el tobillo que apenas se le nota, Duarte dijo que primero quiere “aclarar” lo del caso del agua —al que calificó de “ridículo”—, pero que luego pensará seriamente en regresar al ruedo político porque, según él, los chihuahuenses ya compararon y saben lo que perdieron. Los antecedentes de reuniones con personajes de la vida pública no fueron en vano: ahora queda claro que su nuevo capítulo ya se escribe, y no será desde el retiro, sino desde la antesala de un nuevo cargo público. La política en Chihuahua, por lo visto, siempre tiene espacio para segundas partes, aunque estén manchadas de escándalo.
En un movimiento que busca dar certeza a miles de afectados por el escándalo financiero de Aras Business Group, el Fiscal General del Estado, César Jáuregui Moreno, sostuvo un encuentro clave con abogados y representantes de víctimas, dejando claro que los defraudados son parte central en el proceso de recuperación. Acompañado del vicefiscal Francisco Sáenz, el fiscal atendió dudas sobre el destino de los bienes embargados y las acciones legales para que, en la medida de lo posible, esos recursos sirvan para reparar el daño causado. Ya no hay pretextos: todo bien que pueda venderse, será para las víctimas, aseguró el titular de la Fiscalía.
Lo interesante es que esta vez hubo acuerdos concretos, no solo promesas. Se establecieron rutas de trabajo conjunto para garantizar que cada paso se dé con legalidad y transparencia. A la mesa se sentaron nombres que llevan meses alzando la voz, como José María Rico Galindo y Sergio Mata, acompañados de asesores jurídicos como José Felipe Acosta, quien, al término de la reunión, destacó que por fin hay voluntad institucional para avanzar. ¿Será este el principio del fin de uno de los fraudes más escandalosos de Chihuahua? Por lo pronto, las víctimas ven luz al final del túnel.
Cinismo y podredumbre fue lo que mostró el alcalde de Parral, Salvador Calderón, al fingir un supuesto dolor por el ataque que sufrieron elementos de la policía municipal por un sujeto que disparó esta semana contra ellos y resultaron heridos, pero para acabarla de amolar, no anunció mejoras ni incentivo ni aumento de sueldo, cuando antes ya lo había prometido.
Muy a su estilo, en el discurso, le llamó al atacante identificado como Silverio Martínez, como un “cabrón”, quien fue detenido luego de ser herido por los agentes; hasta les pidió disculpas el dirigente de la llamada “Capital del Mundo”.
La realidad es que el municipio recibe buen ingreso para su presupuesto y ya tienen años la tropa que no se les dan bonos de alto impacto o aumento de salario y simplemente siguen jalando.
Las palabras del alcalde no ayudan mucho ni mucho menos reconfortan ante esta situación. A ver que pasa luego de esto. Como dijeron en redes sociales: “Las lágrimas no dan de comer a la familia”.
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