CHIHUAHUA.- Además de los miles llegados ayer, se espera que al municipio de Jiménez llegue otra caravana de 1 mil 200 migrantes provenientes de Centro y Sudamérica. Por ahora, las autoridades han fijado dos posturas: que solicitarán al Gobierno Federal que revise la crisis y, si la ley lo requiere, los devuelva a su país de origen; y que no existe suficiente espacio en los albergues de Juárez, a donde los indocumentados buscan llegar para cruzar la frontera con Estados Unidos.

Originarios de Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Nicaragua y Venezuela, entre 1 mil 200 y 1 mil 500 migrantes, escoltados por al Guardia Nacional, ingresaron al Estado Grande ayer por la tarde a bordo de carros particulares, autobuses, camiones de carga o a pie. Se trata de hombres, mujeres, jóvenes embarazadas, adolescentes, infantes y hasta bebés.

De acuerdo al testimonio de algunos de ellos, días antes los habían secuestrado en una casa en condiciones inhumanas: sin alimento, sin agua, sin atención médica, sin baños. Y, al escapar de ahí, algunos denunciaron sufrir maltratos tanto de autoridades como de sicarios.

Los centroamericanos que arribaron a Jiménez, según confirmara su alcalde, Marco Chávez Torres, fueron trasladados a los gimnasios Manuel Gómez Morín y Luis Donaldo Colosio, en donde les ofrecieron comida, bebida y servicios de salud. Al dialogar con varias personas —dijo el funcionario— le hicieron saber varias cosas: que este viernes vendrían otros miles de migrantes y que, una vez reunidos, planean retomar su camino a Juárez.

Enseguida, el gobierno estatal emitió un comunicado para informar que «contendrían» a los afectados y, al mismo tiempo, que le solicitaría a la Federación «que actúe conforme a lo que establece la ley en la materia y, en caso de que sea necesario, regresarlos a su lugar de origen». Al respecto se han suscitado dos interpretaciones opuestas: que la administración pretende impedir que la caravana parta a Juárez o que, en cambio, les permitirán retomar su paso.

Somos Uno por Juárez, red de 18 refugios administrados por organizaciones civiles, posee una capacidad cercana a las 2 mil 400 personas, señaló la coordinadora Rosy Mane. Por consiguiente, estimó que, al guarecer a 1 mil 900 personas, se encuentran disponibles entre 400 y 500 espacios.

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