Los estados de Estados Unidos que han legalizado el uso recreativo de mariguana han visto un aumento de su consumo también entre adolescentes, a pesar de que las leyes no lo permiten, según un estudio publicado este jueves en la revista estadounidense Addiction.
Los resultados son relevantes por el debate que existe sobre los efectos que el cannabis tiene en el cerebro de los menores y el temor de que produzca daños irreversibles en su desarrollo, según el estudio.
“Es especialmente preocupante por los efectos adversos que se asocian al uso de cannabis en jóvenes, incluidos problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares y efectos nocivos en su salud mental”, dijo el principal investigador del estudio, Yuyan Shi.
El informe, que ha sido elaborado por investigadores de la Universidad de California en San Diego, encontró que las personas de edades comprendidas entre los 12 y los 20 años que viven en estados donde es legal consumir marihuana recreativa, como California, Washington DC y Nueva York, tienen más probabilidades de hacerlo que los que viven en estados donde no lo es.
A día de hoy, las leyes que regulan el consumo de cannabis permiten hacerlo solo a partir de los 21 años.
Tseng es uno de los científicos que estudian el efecto que el consumo de THC, la parte del cannabis que causa la sensación de estar colocado, tiene sobre el desarrollo del cerebro adolescente.
El doctor realiza experimentos en roedores, cuyos cerebros son muy parecidos a los de los seres humanos, para tratar de medir el impacto de esta sustancia en las funciones cerebrales.
“Lo que hemos encontrado es que la exposición repetida al cannabis en este momento de la vida (equivalente al período entre los 10 y los 18 años en humanos) aumenta las probabilidades de desarrollar problemas cognitivos y de memoria”, explica Tseng.
Lo que no está tan claro es que estos efectos sean permanentes, pero, según defiende el experto, este no es un tema tan importante.