En un informe publicado por la oficina del senador estadunidense Chuck Grassley, se revela que funcionarios y agentes antinarcóticos de Estados Unidos han pasado por alto la corrupción mexicana durante décadas.
Esta revelación plantea preguntas sobre la futura cooperación en materia de seguridad entre ambos países.
«Durante los últimos 40 años, los funcionarios estadunidenses han pasado por alto la corrupción generalizada en México a favor de cooperar y canalizar recursos hacia actores extranjeros», señala el informe.
Grassley, copresidente republicano del Comité Senatorial sobre Control Internacional de Narcóticos, ha sido un crítico constante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), acusándola repetidamente de mala administración de recursos y falta de supervisión en operaciones en el extranjero, a pesar de evidencias crecientes de problemas.
El informe de Grassley, que se suma a las acusaciones de corrupción que datan de la década de 1980, sostiene que generaciones de funcionarios estadunidenses han hecho la vista gorda ante los sobornos de sus homólogos mexicanos a cambio de cooperación en la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, esta falta de acción puso en riesgo a los agentes estadounidenses y perjudicó la lucha a largo plazo contra los cárteles de la droga.
El informe también destaca que la omisión de la corrupción tuvo enormes costos en términos de vidas humanas y recursos de los contribuyentes.
La DEA respondió al informe reafirmando su compromiso de trabajar en estrecha cooperación con socios estadunidenses y mexicanos para combatir el narcotráfico y la corrupción pública.
La presidencia de México no ha emitido comentarios al respecto.
Casos relevantes de corrupción
El informe de Grassley destaca el caso del exsecretario de Seguridad mexicano Genaro García Luna, quien fue condenado en un tribunal estadunidense por aceptar sobornos del Cartel de Sinaloa.
La DEA tenía información en 2010 que sugiere que García Luna estaba colaborando con el cartel, pero no compartió esta información con el entonces embajador de Estados Unidos en México.
Además, el informe menciona a un comandante de una Unidad de Investigación Sensible (SIU) de la policía mexicana que, según la DEA, trabajaba para el Cartel de Sinaloa, pero se continuó compartiendo información sensible con él.
El informe también cuestiona la efectividad de la Iniciativa Mérida, un programa de ayuda militar de Estados Unidos a México para combatir los cárteles de la droga.
El senador Grassley ha instado al Congreso de Estados Unidos a reevaluar las políticas de cooperación en seguridad con México en el hemisferio occidental.
«Debemos responsabilizar a las agencias federales estadunidenses y a los funcionarios mexicanos corruptos y tomarnos en serio el fin de los cárteles y la protección de nuestras comunidades», enfatizó Grassley en un comunicado.
Este informe arroja luz sobre una larga historia de complicaciones en la cooperación bilateral en materia de narcotráfico y plantea interrogantes sobre el futuro de la relación entre Estados Unidos y México en la lucha contra los cárteles de la droga.