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Vaya lío en el que se metió Movimiento Ciudadano, al haber naufragado la precandidatura presidencial de Samuel García.

Tal vez a muchos les caiga mal Samuel García y puedan calificarlo como autoritario, frívolo y otros adjetivos.

Pero, lo que es un hecho es que su precandidatura tenía impacto.

No sé si hubo un pacto entre Andrés Manuel López Obrador y Dante Delgado, pero el propio presidente refirió que era claro que Samuel tendría posibilidades de captar votos de las clases medias urbanas, donde se encuentra una parte esencial de la población objetivo de la campaña de Xóchitl Gálvez. Y por eso, el PRI, el PAN y el PRD lo cuestionaban. Nada extraño.

 

Ayer se resolvió que la sustitución del candidato de Movimiento Ciudadano (MC) no será inmediata, sino que se hará hasta el 20 de enero.

Es decir, MC va a sacrificar el periodo de las precampañas, ya en curso.

Más allá de que no se ve en el horizonte algún prospecto que pueda ser tan carismático como lo son Samuel García y su esposa, Mariana Rodríguez, van a dejar pasar meses que son fundamentales para el posicionamiento de una candidatura.

¿Alguien lo entiende?

No entrando a las razones por las que Samuel no quiere perder la gubernatura de Nuevo León, lo que ya ocurrió es un error serio de MC, que lo convierte en un partido menos funcional para Morena, si había la pretensión de quitarle votos a Xóchitl.

 

Y si no era así, peor aún, pues tendrá menores posibilidades de que el empuje de una candidatura presidencial exitosa le diera mayor presencia en las Cámaras del Congreso.

Para ellos es un esquema pierde-pierde.

¿Significa esto que automáticamente Xóchitl va a adquirir una mayor competitividad en la contienda frente a Claudia?

No necesariamente. Todo dependerá de la dinámica de las respectivas campañas, y estamos en un tiempo en el que la política tiende a ser menos predecible que en el pasado.

El punto de partida, en estos primeros días del mes de diciembre, con un importante bloque de encuestas, incluyendo la que el día de hoy publica El Financiero, es una ventaja muy, pero muy amplia, para Sheinbaum.

La que hoy publicamos da una diferencia de 19 puntos y hay otras que la ubican con una distancia aún mayor.

Algunos de los partidarios de Xóchitl señalan que todo es cuestión de que se conozca la candidata del Frente, pues muchos no la conocen.

Tal vez eso hubiera sido cierto en abril o mayo de este año, pero el conocimiento que ya tiene Xóchitl es suficientemente grande para calcular que al subir ese porcentaje no va a cambiar radicalmente la intención de voto.

Para remontar una diferencia tan grande en el lapso de seis meses, Xóchitl y su equipo tendrían que empezar a hacer cosas diferentes.

La analogía de un partido de futbol en el que empieza la segunda parte con una desventaja de 3 a 0 es muy útil para ilustrar el caso.

El equipo que tiene la ventaja (Claudia) va a jugar conservadoramente y va a darle prioridad a no cometer errores.

Esa ha sido la tónica de la campaña por ahora y ha jugado disciplinadamente con esa estrategia.

El equipo que lleva una desventaja tan grande (Xóchitl), tiene que tomar más riesgos y buscar jugadas geniales que logren romper la defensa.

De eso se ha carecido.

Tal vez porque ella era la única jugadora que parecía tener chispa y se le ha acabado.

Ahora parecen al equipo mexicano jugando frente a Honduras. Todos son pases laterales sin idea, pero como México, presumen que tienen el balón en su control.

Ofreciendo una jugada brillante en la cancha que simplemente no llega.

Claudia presentó una alineación, el pasado fin de semana, que fortalece la estrategia defensiva, y que va a ser aún más difícil que le metan un gol.

Falta mucho tiempo por jugar y todo puede pasar. No hay que perder de vista ese principio.

Pero, si no hubiera una genialidad del equipo de Xóchitl, el de Claudia va a dejar que pase este segundo tiempo con la ventaja a su favor.

Y el 2 de junio llegará el silbatazo final.

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