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A Estados Unidos le gusta crear cortinas de humo. Así lo aseveró Salvador Alcántar Ortega, presidente de la Asociación de Usuarios de Riego del Estado de Chihuahua, por las declaraciones que Donald Trump ha emitido en torno al Tratado Internacional de Aguas de 1944, en las que amenazó a México de imponer aranceles en caso de que el Gobierno Federal no trasvase el recurso hídrico faltante antes del 24 de octubre de 2025, día en que concluye el actual quinquenio.
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Una semana después de que la Secretaría de Relaciones Exteriores diera a conocer por medio de un comunicado el acuerdo que México y Estados Unidos generaron para entregar los volúmenes de agua pendientes, resolución que incluye a la presa El Granero, conocida también como Luis L. León, Alcántar Ortega hizo énfasis en que las autoridades mexicanas han cumplido los lineamientos que marca el Tratado.
«México no debe agua. […] Cabe mencionar también que en el río Conchos, aquí por Chihuahua, sí tenemos un retraso, pero el volumen que se está enviando a Estados Unidos ha aportado el 60%», declaró.
Recordó, además, que el Acta 234 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), instancia binacional encargada de vigilar el cumplimiento del Tratado, establece que, en caso de una sequía extraordinaria que imposibilite a México escurrir los 431 millones 721 mil metros cúbicos anuales, el faltante que exista al final de cada cinco años se repondrá en el ciclo siguiente, es decir, a más tardar el 24 de octubre de 2030.
E indicó: «Aquí frente a la exigencia de Estados Unidos el Tratado es muy claro. Es muy claro: el ciclo se vence el 24 de octubre. Si no tenemos [agua], si está atravesando México por una sequía como la que estamos llevando, tenemos una gracia de cinco años más».
Con relación a la postura que ha demostrado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo frente a Trump, el funcionario sostuvo que la Federación debe mostrarse con determinación, para impedir así cualquier perjuicio al ciclo agrícola —que para 2025 ha sido limitado en algunas entidades federativas al norte del país, como Chihuahua— o al abastecimiento de agua potable para consumo humano.
«Creo que este es un tema que lo maneja muy bien el gobierno estadounidense, que le gusta crear cortinas de humo. Y si hay flaqueza aquí en nuestro Gobierno, pues fácilmente va a querer sacar provecho. Pero el Tratado no lo dice de esa manera».
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