Israel anunció el miércoles nuevos ataques y operaciones terrestres en Gaza y lanzó una «última advertencia» a los residentes del territorio para que devuelvan a los rehenes y echen al movimiento islamista Hamás del poder.
Israel llevó a cabo esta semana la oleada más mortífera de bombardeos desde el inicio de la tregua en enero, matando a cientos de personas, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás.
La Defensa Civil de Gaza indicó que 470 personas murieron en los bombardeos israelíes iniciados en la madrugada del martes, entre ellas 14 miembros de la misma familia el miércoles en el norte del territorio.
Fred Oola, médico del hospital de campaña de la Cruz Roja en Rafah, afirmó que la reanudación de los ataques rompió la relativa calma de los dos últimos meses.
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«Ahora podemos sentir el pánico en el aire (…) y podemos ver el dolor y la devastación en los rostros de las personas a las que ayudamos», declaró en un comunicado.
El ejército israelí indicó en un comunicado que «en las últimas 24 horas (…) iniciaron operaciones terrestres selectivas en el centro y sur de la Franja de Gaza para ampliar el perímetro de seguridad».
«Residentes de Gaza, esta es la última advertencia», declaró el ministro de Defensa, Israel Katz. «Devuelvan a los rehenes y eliminen a Hamás, y se abrirán otras opciones, incluida la posibilidad de marchar a otros lugares del mundo para quienes lo deseen».
Al igual que la víspera, en el norte de Gaza, hombres, mujeres y niños huyeron el miércoles en medio de un paisaje arrasado, a pie o hacinados en carretas, un éxodo que ya vivieron durante los meses de guerra.
En el centro de Gaza, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) anunció que uno de sus empleados murió y otras cinco personas resultaron heridas en Deir al Balah por un «artefacto explosivo» que golpeó uno de sus edificios.
El Ministerio de Salud del gobierno de Hamás culpó a Israel, mientras que el ejército negó haber bombardeado un edificio de la ONU.
La cancillería israelí anunció posteriormente que estaba investigando «las circunstancias» de la muerte «de un ciudadano búlgaro, empleado de la ONU», insistiendo en que no había «ninguna conexión con ninguna actividad» del ejército israelí.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había pedido una «investigación completa» sobre el incidente. Reino Unido exigió igualmente una «investigación transparente».
Por ahora, Hamás no ha respondido militarmente a los ataques y un responsable del grupo declaró que están abiertos a entablar conversaciones para volver a encauzar el alto el fuego.
«Hamás no cerró la puerta a las negociaciones», pero insiste en que «no hay necesidad de nuevos acuerdos», afirmó Taher al Nunu, un alto mando del movimiento, instando a que Israel sea obligado a aplicar el acuerdo de tregua existente.
También pidió que arranque «la segunda fase de las negociaciones», previstas por el acuerdo de tregua en vigor desde el 19 de enero.
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