¿Está usted de acuerdo en que el sol salga todos los días al amanecer?
¿Le gustaría recibir más salario que el que ahora percibe y trabajar menos?
¿Tendría algún inconveniente en que sus hijos e hijas se casen con millonarios?
Obviamente, todas las respuestas a esas interrogantes serían afirmativas, no del 81, sino del 96 por ciento, considerando el clásico “más menos margen de error”.
Algo así fue lo que las encuestadoras “que más se acercaron al resultado electoral del 2 de junio” entregaron ayer a Mario Delgado y que Claudia Sheinbaum leyó en conferencia de prensa.
Fíjese usted cuales fueron las preguntas que los encuestadores presentaron a sus entrevistados:
“¿Qué tanta corrupción existe en el Poder Judicial?”
Mucha, sería la respuesta de cualquiera.
“¿Cómo cree usted que deben ser elegidos los ministros de la Suprema Corte?”
Pues si me pregunta que, elegidos, pues por elección popular, usted mismo me lo está diciendo.
“¿Y cómo cree usted que deben ser elegidos los magistrados y jueces del Poder Judicial?”
¡Por voto directo!, como dice todos los días nuestro amado señor presidente.
“¿Usted estaría de acuerdo o en desacuerdo con la creación de un órgano independiente al Poder Judicial de la Federación, que vigile, investigue y sancione a los ministros, magistrados y jueces que incurran en alguna falta o en actos de corrupción?”
¡Claro que sí! ¡que los cuelguen en el Zócalo!
“¿Está usted de acuerdo en que el sol salga todos los días al amanecer?”
Pues no sé. Déjeme pensarlo. De eso no nos han dicho nada ni AMLO ni Sheinbaum.
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Pues ahora resulta que los jueces y magistrados del ámbito federal, lo mismo que los ministros de la SCJN que, de aprobarse la reforma al Poder Judicial, sean electos el año próximo van a necesitar pilmamas.
Así lo informó ayer López Obrador, al señalar que los nuevos elementos del PJ deben contar con protección para que no impere la ley de plata y plomo, y la delincuencia de cuello blanco.
“Cuando la delincuencia se dé cuenta que no hay posibilidad de corromper a jueces, magistrados y ministros, van a tener que aceptar, pero de todas maneras protección para que no aplique aquello de plata y plomo”, dijo textualmente en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
¡Habrá más chamba para guardias personales!
Y más recursos del erario que tendremos que desembolsar para pagar a esos nuevos guardianes.
Haga las cuentas: Casi dos mil funcionarios electos por voto popular, con dos guardianes en turnos de ocho horas, multiplicados por tres. Y con la enorme deuda heredada al siguiente gobierno, pues no’más no va a alcanzar para comprarles a todos vehículos blindados y patrullas escolta.
¿Cuentan con esa protección los juzgadores actuales? Todo indica que sólo algunos, muy, pero muy pocos.
Así que el capricho de AMLO nos va a resultar más oneroso a quienes pagamos impuestos.
Más caro el caldo que las albóndigas, decían mis abuelas.
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¡Qué bueno que López Obrador salió en defensa de Samuel García, el niñato que gobierna Nuevo León!
“¡No está solo!”, dijo paternalmente y con contundencia el primer mandatario en su mañanera de este lunes.
Relató para quienes no sabíamos que, en los últimos días, funcionarios del gobierno neoleonés han sido atacados por gavillas que, “se presume, vienen de otras instancias de Gobierno o de grupos políticos facciosos”.
Y más todavía: “Va un colaborador en su carro, lo bloquean, lo paran, es gente que no está identificado que trabaje en ninguna dependencia. Los bajan, pero de manera arbitraria, brutal, y así muchos, muchos, muchos casos. Los tenemos documentados e incluso hay grabaciones”, señaló alarmado.
¡Cobardes!
¿Por qué con los colaboradores?
¿Por qué no directamente a Samuel García?