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NOTICIAS CHIHUAHUA

Mientras la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) se empeña en hostigar a pequeños comerciantes, vendedores de alimentos y dueños de abarrotes por vender una aspirina suelta, en el fondo de su estructura se fermenta un escándalo fúnebre de proporciones monumentales. El caso del crematorio que acumuló 383 cadáveres durante años sin que nadie interviniera no es solo una omisión, es una afrenta a la dignidad humana y una señal clara de corrupción institucional. La dependencia, encabezada por Luis Carlos Tarín, parece tener una vista muy aguda para los más débiles, pero convenientemente miope para los negocios grandes y turbios como este, que operó con total impunidad, violando normas sanitarias incluso después de haber sido “sancionado” durante la pandemia.

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José Luis A. C., de 50 años, y Facundo M. R. fueron formalmente acusados por el presunto delito de inhumación, exhumación y falta de respeto a cadáveres o restos humanos, tras descubrirse que en el crematorio Plenitud, donde operaban, se hallaron 383 cuerpos apilados y en descomposición. Durante la audiencia inicial, el Ministerio Público advirtió que podrían enfrentar hasta 17 años de prisión si son encontrados culpables, y solicitó prisión preventiva por el riesgo de que interfieran en el proceso, lo cual fue concedido pese a que sus tres abogados particulares pidieron que enfrentaran el juicio en libertad.

El caso, que conmocionó a la opinión pública nacional e internacional, salió a la luz la semana pasada al descubrirse que varias funerarias les habían confiado cuerpos para ser cremados desde 2021, sin que el servicio fuera realizado, dejando dudas sobre el contenido real de las urnas entregadas. El hallazgo ocurrió en un terreno ubicado en las calles Chihuahua y San Luis Potosí, donde las autoridades encontraron los cadáveres, en su mayoría embalsamados y con signos evidentes de putrefacción, lo que desató una investigación de gran alcance.


La pelea pública entre César Duarte y Javier Corral ha caído en el terreno del ridículo, convirtiéndose en un triste espectáculo entre dos personajes que alguna vez ocuparon la gubernatura de Chihuahua. Duarte actúa con una arrogancia que sólo agrava su situación legal, mientras Corral, atrapado en sus propias culpas, reparte responsabilidades como si no hubiera sido gobernador cinco años. Mientras Duarte parece confiar en favores políticos o en jueces afines para librarse de su proceso, lo cierto es que su conducta revela más miedo que estrategia, como si sintiera que su regreso a prisión es inminente.

Su caso judicial en Chihuahua sigue su curso y enfrenta penas de entre ocho y dieciséis años de prisión; aunque ya cumplió cuatro, para negociar su libertad tendría que declararse culpable y devolver millones de pesos, algo poco probable. A esto se suma la nueva amenaza federal: Claudia Sheinbaum anunció una denuncia por robo de agua, proceso que ya arrancó con la demolición de obras ilegales en su rancho. Si eso avanza, podrían detenerlo en cualquier momento. Su comportamiento errático sólo sugiere que, sabiendo que pronto se le acaba el tiempo, baila con desesperación los últimos compases de su libertad.


Las lluvias intensas que golpearon el norte de la ciudad de Chihuahua dejaron más que encharcamientos: expusieron una grave falla en la comunicación institucional. Pasadas las 10 de la noche no había un solo reporte oficial del municipio, más que una mínima alerta matutina,  como si lo ocurrido no fuera digno de atención. El silencio fue tan notorio que muchos comenzaron a preguntarse si era parte de una estrategia para evitar comparaciones incómodas, como aquella vez en que Marco Quezada, siendo alcalde, acudió personalmente a Punta Oriente y coordinó rescates incluso con helicóptero. Aunque aquel episodio tuvo tintes de show de película, al menos estuvo ahí, con botas y manos en el lodo. Esta vez no hubo nada de eso. Fue hasta las 10:07 de la noche que se escribió algo, y solo porque una persona  preguntó por WhatsApp qué estaba ocurriendo. ¿Y cuál fue la respuesta? “El Alcalde está analizando el plan emergente para las lluvias”. Así decía el título del boletín informativo, y ya después comenzó a circular en medios un mensaje del alcalde.

Por cierto, Protección Civil del municipio está no previene , incapaz de actuar con rapidez y eficacia ante una situación crítica., parece que el titular no tiene el expertise para laborar En contraste, el gobierno del estado sí confirmó la activación del Plan DN-III en la capital pues ellos desde temprano informaron de la  situación que podría presentarse en la capital,

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