En el juego de la política, las alianzas y las estrategias cambian más rápido que el viento. Esto se hizo evidente con la sorprendente colaboración entre el Secretario de Obras Públicas, Mario Vázquez, y la diputada federal Daniela Álvarez. A pesar de las críticas anteriores de Álvarez sobre los gastos y esfuerzos de Vázquez en su búsqueda de la precandidatura al Senado de la República, ahora los vemos compartiendo fotos de eventos de entrega de obras en las redes sociales. Parece que ambos decidieron unirse para asegurarse de no quedarse sin nada en lugar de enfrentarse por separado, una estrategia que podría resultar en una fórmula política inesperada.
Este nuevo escenario político se produce en un momento en que la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico, María Angélica Granados, también busca destacar al figurar en espectaculares y revistas, y al mostrarse cercana a la Gobernadora Maru Campos. Como se dice en la política, «el enemigo de mi enemigo es mi amigo», y en este juego, parece que las alianzas pueden ser tan volátiles como necesarias.
En un episodio de tensiones internas en Morena Chihuahua, el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, se vio en medio de un intento de desestabilización por parte de fundadores del partido que buscaban socavar su evento. Entre las voces críticas se encontraba Luz María Cisneros, quien acusó a Pérez Cuéllar de fomentar el «chapulinismo» al respaldar a figuras con pasado en otros partidos, como Marco Quezada y la familia Borruel. Se especulaba que Pérez Cuéllar estaba consolidando su control sobre el partido, incluso alzando la mano de futuros candidatos.
La situación se calmó tras un diálogo con las facciones descontentas, y el evento, que originalmente se esperaba para menos de 500 personas, logró acomodar a más de mil asistentes gracias a los esfuerzos de los organizadores del Frente 4T. Este episodio refleja las tensiones internas en Morena Chihuahua y las luchas de poder en el partido mientras se acercan las elecciones.
En las vías del ferrocarril, el fin de semana pasado, se vivió una escena que plantea serias interrogantes sobre la estrategia de atención a los migrantes. Un centenar de venezolanos a bordo del tren fueron obligados a descender, pero la acción de las autoridades quedó ahí. Sin ofrecerles refugio o siquiera registrar sus nombres, los dejaron ir, revelando una falta de protocolos efectivos. Aunque el Instituto Nacional de Migración declaró recientemente que no permitiría que los migrantes aborden el tren, esta situación destaca la ausencia de una estrategia integral para abordar la problemática migratoria, más allá de evitar su llegada por esta vía.
El problema se agrava al notar que las autoridades federales parecen pasar la pelota a las autoridades estatales y municipales, quienes carecen de recursos y facultades adecuadas para lidiar con la situación de los migrantes. Esta falta de coordinación y planificación efectiva pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más integral y humano para abordar la crisis migratoria en la región.