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Georgina Bujanda Ríos parece haber olvidado una regla básica de la política: nadie avanza solo. Peleada con el rector de la UACh, con Palacio, con el Congreso y hasta con el equipo que la hizo crecer, hoy se encuentra sin respaldo y navegando a la deriva. Su historial no la ayuda: dejó huella en el SESESP más por su prepotencia que por su trabajo, en la UACh se hizo famosa por su mal carácter, y en el Congreso, varios aseguran que la vieron hacer llorar a más de uno. No sorprende que algunos de sus exempleados hayan terminado en el psicólogo tras sufrir sus malos tratos, mientras que otros simplemente fueron desechados en el camino.
Con ese historial, resulta irónico que ahora quiera ser la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuando es precisamente lo que menos ha respetado. Si algo dejó claro en su entrevista con los diputados, es su falta de preparación, confundiendo hasta conceptos básicos. De seguir así, pronto podría confundir la justicia con el clima o la ética con el menú del día.
Hay que ser marranos, pero no tan trompudos. Tanto criticaron a los naranjas de Movimiento Ciudadano, pero resulta que Chava Calderón está aplicando el mismo manual de los priistas de antaño: primero la familia, luego el negocio y, si queda algo, quizá el pueblo. En Parral, la situación es lamentable, con un alcalde que parece más preocupado en armar sus propios negocios que en gobernar. Desde que inició su administración, se ha señalado el involucramiento de su círculo cercano en el ayuntamiento, y ahora sale a la luz un nuevo caso: su yerno, quien no solo manejó la venta de cerveza en el Festival Primaveral, sino que también se ha convertido en el proveedor estrella del DIF Municipal en herrería y carpintería.
Bajo el nombre de Carlos, se le identifica en el gobierno como el encargado de todos los servicios de este tipo, con contratos que terminan en su taller, ubicado en la calle Jesús Obeso. Incluso los mismos comerciantes del festival han señalado que algunas decoraciones fueron hechas por él y su equipo, desde una cabina para fotos hasta un puente decorativo. ¿Negocios redondos? Sin duda, pero mientras el alcalde y su familia siguen llenando sus bolsillos, los parralenses se quedan con un municipio cada vez más saqueado.
¿Pos que pasó en el Municipio que andan todos nerviosos? Se fue un ratito Marco Bonilla a la embajada Ucraniana en CDMX y todo se sale de control; pa’ empezar, la mañanera del comisario Julio Salas, fue como un profe de primaria que fue a dar clases con los de secundaria y ni había estudiado; el tema más «spooky» era la del grupo armado de La Empresa que se les fue con todo en una granja de los Verín allá en la Nuevo Triunfo, pero el jefe policiaco ni siquiera sabía que el lugar a veces era usado como palenque (de gallos, porque de lo otro es más que obvio); también, que ni siquiera saben si hay cámaras de la PECUU o Centinela o de comercios…nada de nada; tal parece que le prohibieron de más arriba dar algo de información.
El otro oso, fue el de Pedrito Oliva, quien cómo si no entendiera que todavía estamos en marzo, mes de la mujer y «el horno no está para bollo» porque cualquiera cosa puede ser usada en su contra con estos días en que todas las chicas del Ayuntamiento andan empoderadas con sus trajecitos morados; nomás las de la Coordinación de Comunicación Social no, ellas con su chalequito azul PAN.
Resulta que dicen que el subdirector de Gobernación se pasó de mal gusto y al írsele la onda, envió unas imágenes y videos de mujeres aparentemente de la vida galante seguidos de comentarios libidinosos al chat de WhastApp donde están todos los directores, regidores, síndica, el alcalde y la primera dama.
Por cierto, en ese mismo grupo, están los ediles de MORENA, que les cayó como anillo al dedo y comenzaron a difundir en las redes la captura de pantalla; pero también, está la directora del Instituto de las Mujeres, Mónica Meléndez y la regidora Paty Ulate; todas ellas muy empeñadas por castigar cualquier connotación sexual, misógina, patriarcal, vulgar, ofensiva y todo lo que los corridos tumbados y el reggaetón dicen en sus canciones y videos.
Cómo al Ayuntamiento le encanta cortar cabezas y buscar chivos expiatorios pa’ disque calmar las aguas o para que no se enoje el jefe. Pudiera ser que le apliquen la misma que Armando Mar (Aunque diga públicamente que fue voluntaria su salda, es más que obvia que lo «mocharon») y se nos vaya Olivas, a menos que se vayan con otro más «chontolón» como un inspector o alguien de la Secretaría del Ayuntamiento, pero de que cae alguien esta semana, cae.