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Hace dos años, el 1 de enero de 2023, una violenta revuelta en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3 de Ciudad Juárez resultó en la muerte de 17 personas, incluyendo reclusos y personal de seguridad, y facilitó la fuga de 30 internos. A pesar del tiempo transcurrido, las familias de las víctimas aún esperan justicia, ya que la investigación de la Fiscalía de Chihuahua permanece inconclusa y no se han emitido órdenes de aprehensión contra los funcionarios penitenciarios implicados.
La situación se agrava con la información contradictoria proporcionada por las autoridades. En diciembre de 2023, el fiscal de la zona norte, Carlos Manuel Salas, afirmó que existían órdenes de aprehensión relacionadas con el caso; sin embargo, en diciembre de 2024, declaró que la investigación aún no había concluido y que no se habían formulado imputaciones. Además, mencionó que se investigaba al supuesto financiador de la pandilla «Los Mexicles», Braulio Raúl, quien, según informes periodísticos, falleció en noviembre de 2023 en un centro penitenciario de Guanajuato.
¡Se tenía que decidir y se dijo! Tal parece que el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, ya no aguantó más y declaró unas cuantas verdades a los jueces, al catalogarlos como correctores de estilo en lugar de juzgadores, por las cientos de sentencias no concretadas por no tener todos los elementos y pruebas como ellos piden y pues, dejan libres a criminales.
Lo malo es que casos como el de Mía quien tras haber recibido 47 puñaladas por sus ex pareja y la jueza lo dejo libre por tecnicismos, son muchos y en ese entonces, el edil capitalino no se pronunció en contra y la situación ha continuado en infinitas ocasiones.
Ahora, con los casos que meramente han dependido de la Policía Municipal con detenciones importantes de homicidas y que luego los liberan, ahora si ya le pudo tras varios años de injusticia e impunidad, que incluso ve con buenos ojos la elección abierta a nuevos juzgadores para ver si ahora sí hacen su trabajo.
Estas declaraciones abiertas y públicas del alcalde podrían costarle políticamente o bien, podría ser acertado en sus aspiraciones políticas, porque la realidad es que la población está harta de la incompetencia de magistrados que cobran las perlas de la Virgen y vaya que dejan en libertad a miles de delincuentes, asesinos, secuestradores y extorsionadores; esto, sin mencionar a los ladrones que ya saben el procedimiento y burla a justicia.
Se ha dicho mucho que los jueces deben estar ajustados al famoso “librito” en el que los expedientes deben estar bien armados sin ninguna falla aunque todo apunte ala culpabilidad, lo que convierte a los juzgadores en meros robots sin criterio. Por eso la pregunta es ¿Para qué se necesitan jueces? Por eso, muchos apoyan la elección abierta y una renovación de los principales culpables de tanta impunidad.
Aunque Bonilla tenga sustentabilidad, ya que no solo es licenciado en Derecho sino también fue catedrático, sus comentarios son algo tardíos porque desde hace mucho tiempo que esto se venía diciendo una y otra vez. De hecho, en tiempos del sexenio de Reyes Baeza, se cuestionaba el actuar, principalmente por el Sistema de Justicia Acusatorio recién implementado en aquella época, pero con el paso del tiempo, a pesar de tener audiencias más cortas, parece que los jueces hacen de las suyas para complicar la aplicación de la justicia.