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Si ayer andaban en otro asunto, pongan atención a la reunión que tuvo la presidenta Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México.

Para quienes controlan 10 billones de dólares (trillions), como Larry Fink, tuvo un mensaje y ya iremos a eso. Pero, antes está el tema para los mortales que emprenden y buscan capital.

Anoten este nombre: Impulsora Nacional de Innovación. Es la parte del proyecto México, País de Innovación, que el gobierno debe presentar pronto y que en financiamiento se apoyará en la banca de desarrollo, en Nafin o el Banco del Bienestar.

Todo, de acuerdo con lo anunciado por Sheinbaum este miércoles a participantes del Foro Económico Mundial (WEF, en inglés), que tuvo sesiones en México esta semana.

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La Presidencia de la República informó que la impulsora en cuestión financiará a líderes de pequeñas y medianas empresas en proyectos que aspiren precisamente a innovar.

No hay más detalles todavía, pero el propósito irremediablemente remite a un viejo programa gubernamental eliminado en 2018 que tuvo un impacto sensible, por ejemplo, en la proyección de Guadalajara como una capital económicamente disruptiva.

Ahí se situaron laboratorios de diseño de semiconductores instalados por Intel, lo que motivó una cadena de suministro de tecnología.

El programa fue encabezado por el desaparecido Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), que apoyó más de 600 mil proyectos y movilizó cerca de 40 mil millones de pesos en inversiones públicas y privadas.

La próxima Impulsora Nacional de Innovación es uno de los cuatro ejes que tendrá el proyecto México, País de Innovación.

Los otros tres serán: Formación Científica, Técnica y Humanista desde la niñez hasta la educación superior. Dos: Servicios de Ingeniería. Y tres: El Laboratorio Nacional de Inteligencia Artificial.

De esto platiqué aquí previamente e involucra oportunidades para inversionistas interesados en la salud, entre otras actividades y mercados.

El plan completo de México, País de Innovación no es de conocimiento público, pero su mención frecuente desde la Presidencia eleva expectativas que deben ser cumplidas en un contexto económico como el actual, que exige acciones rápidas bien ejecutadas, particularmente en tecnología.

Pero volvamos a Larry Fink, quien vino junto con otros asiduos asistentes a reuniones del WEF.

Están interesados en el Plan México, que es la columna de todos los propósitos de la administración Sheinbaum para detonar la prosperidad nacional.

La macroeconomía de México entrega hoy buenos rendimientos financieros, pero los inversionistas buscan más oportunidades basados en lo que el país puede entregar.

Acerca de México, el WEF destaca su talento industrial y su potencial en manufactura avanzada, energía limpia, infraestructura e innovación digital, que pueden consolidar al país como líder económico regional.

Habrá de verse lo que surja de las negociaciones para renovar el TMEC en Norteamérica, pero hasta ahora, la retórica nacionalista del presidente Donald Trump no ha provocado cierres de fábricas nacionales, al menos no en un número importante.

Líderes globales con los que converso en estos días coinciden en que durante este siglo, México hizo acopio de mucho conocimiento de redes de comercio global, por lo que golpear este motor regional afectaría severamente el funcionamiento de la economía estadounidense.

Por el contrario, al país continúan llegando proyectos e inmigrantes relacionados con la nueva economía digital y tecnológica que agrada mucho a Fink y a otros inversionistas.

Seguramente le interesa invertir en los proyectos de Sheinbaum para añadir 27 mil megawatts de capacidad eléctrica al país, pero recordemos que la mente del líder de Blackrock ya está puesta en un futuro de mercados “tokenizados”.

Fink es un “convertido” que lanzó IBIT, su ETF de Bitcoin, que superó los 80 mil millones de dólares en activos bajo administración y quiere que su empresa encabece la convergencia entre mercados públicos, privados y digitales, donde el liderazgo dependerá del control de datos, infraestructura y confianza institucional.

Si los mexicanos no hablan este idioma, Fink se inclinará por el avance que lleva en India y en el Medio Oriente.

Si Claudia Sheinbaum apoyará a emprendedores para obtener prosperidad nacional, su equipo y los candidatos a préstamos deben comprender que estamos lejos de la época del Inadem.

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Por AL PE

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