A nivel mundial, la consolidación bancaria o los mega bancos son un fenómeno que las autoridades han empezado a considerar positivo en los últimos años, no solo porque les permite ser más eficientes y mejorar su capacidad para afrontar nuevos retos como la digitalización, sino también porque genera un sistema financiero más estable, incluso con un aumento de sucursales en algunos países.
Desde el año 2010, Larry Summers, quien fuera el principal asesor económico del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió los megabancos, al considerar que dividirlos no sirve de nada y que la proliferación de bancos más pequeños haría que el sistema financiero fuera “menos estable”.
“Los observadores creen que en realidad nos haría menos estables, porque los bancos estarían menos diversificados y, por lo tanto, correrían un mayor riesgo de quebrar, porque no tendrían ganancias en un área a la que recurrir cuando un área diferente obtuvo en problemas”, aseguró en su momento.
la Reserva Federal de Cleveland, Estados Unidos, indica que a medida que la consolidación dentro de la industria bancaria avanzó, la cantidad total de sucursales bancarias por institución aumentó, lo que resultó en una mayor cantidad de sucursales para satisfacer las necesidades bancarias de sus clientes.
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