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En medio de la creciente tensión en la frontera, agentes de la Guardia Nacional de Texas, apostados en la ribera del río Grande, descalificaron públicamente a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicanos, tachándolos de «pendejos y corruptos». Este incidente ocurrió cuando cientos de migrantes, recién llegados a Ciudad Juárez, intentaban cruzar hacia Estados Unidos y se encontraron con la presencia militar texana.
Los migrantes, principalmente venezolanos, se vieron forzados a enfrentar el muro de púas resguardado por los militares texanos. Estos sugirieron a los migrantes caminar hacia un puente internacional para cruzar la frontera, pero al enterarse de que ya habían sido devueltos de los puentes, arremetieron contra los agentes migratorios mexicanos, instando a los migrantes a ignorar sus indicaciones. Las tensiones aumentaron con comentarios despectivos sobre la corrupción en México, a pesar de la preocupación de los migrantes por ser detenidos por autoridades mexicanas o grupos delictivos locales.
A medida que la situación se intensifica, más de 5,000 personas fueron detenidas en la última semana al ingresar irregularmente a Estados Unidos a través del Sector El Paso, según la Patrulla Fronteriza, lo que subraya la complejidad y la presión en esta región fronteriza.