CHIHUAHUA.- Hace más de doce años Ernesto Rábago Martínez, activista y abogado defensor de las tierras indígenas, fue asesinado de dos balazos en el despacho de la organización Bowerasa, ubicado a cuatro cuadras de Palacio de Gobierno.
Su esposa, Estela Ángeles Mondragón, y un grupo de ralámulis se manifestaron en Plaza Hidalgo para exigirle justicia a las autoridades por el crimen perpetrado el 1 de marzo de 2010. Además, le realizaron un homenaje en la Cruz de Clavos.
Ángeles Mondragón señaló que la administración actual no ha tenido acercamiento con la comunidad y que, aún cuando existe una investigación en la Fiscalía Especializada en Investigación de Violaciones de Derechos Humanos, el caso sigue sin avances, impune.
Mencionó: «No hay resultados. Claro que no hay resultados. ¿Tú crees que a alguien le va a importar después de 12 años, aparte de a nosotros, quién lo mató y por qué lo mató? ¡Si nosotros dimos todos los elementos para que, de perdida hicieran una investigación seria! Y no han hecho nada. No se ha hecho nada».
En agosto de 2021, las autoridades reconstruyeron la escena del crimen debido a que once años antes había sufrido alteraciones. Ángeles Mondragón denunció que, aquel entonces, ella observó a su marido sentado de forma distinta a como ella lo encontró en el sillón de la sala.
Por el trabajo de Rábago Martínez, el Tribunal Agrario obtuvo más de 15 sentencias a favor, con las cuales se reconoce a los ralámuli como los verdaderos dueños de un aproximado de 44 mil hectáreas ganadas por un decreto presidencial hace 88 años, terrenos que, sin embargo, son invadidos de cuando en cuando por ganaderos, quienes los reclaman como propios.