Parece que en la Dirección de Desarrollo Humano del municipio tienen una idea curiosa de lo que significa «dar el ejemplo.» Dos de sus trabajadoras decidieron que, porque llevan un vehículo oficial, las reglas de tránsito simplemente no aplican para ellas, se las pasan por el arco del triunfo. Con total desparpajo, estacionaron en sentido contrario en la transitada calle 12 de Norte a sur, y para rematar, lo hicieron en una esquina sin respetar los tres metros reglamentarios. Todo un ejemplo de “responsabilidad” cívica y “respeto” por la seguridad vial o bien comencemos por el respeto a la institución que representan y a su jefe Mario Garcia.
Claramente, ser empleadas del municipio les da la autoridad –o eso creen ellas– para usar los vehículos oficiales como si fueran suyos y comportarse con una asombrosa ignorancia de las normas que el resto de los ciudadanos responsables respetan cada día. Si realmente buscan representar a la ciudadanía, podrían empezar por seguir las reglas y recordar que los recursos públicos no son para abusar de ellos.
La violencia en Guachochi tiene en vilo a sus habitantes, con escuelas cerradas y la celebración del 20 de noviembre suspendida. La diputada de Morena, Edith Palma, una representante indígena que conoce de primera mano la problemática de su comunidad, ha sido quien levantó la voz, denunciando la grave situación y exigiendo respuestas a las autoridades. Palma alertó sobre la inseguridad que afecta a su municipio, incluso relatando el asesinato de un vendedor de frutas frente a una tienda en pleno día. Esto es lo que hace una verdadera representante, alguien que está en sintonía con las necesidades y problemas de su pueblo.
Y mientras Palma, sin tener la Comisión de Asuntos Indígenas, enfrenta la realidad y alza la voz, el diputado que actualmente ostenta dicha comisión, Arturo Medina, brilla por su ausencia. Al parecer, su prioridad es solo haber «agandallado» el puesto, sin siquiera abordar las problemáticas que realmente afectan a los pueblos indígenas. Es lamentable que un tema tan sensible esté en manos de un diputado que no ha demostrado compromiso, mientras la verdadera defensora es quien fue apartada de la comisión.
Y todavía en terrenos municipales, vaya que sale brava la ahora regidora, Isela Martínez del PAN, quien trae pleito con la nuevamente diputada, antes del Verde y ahora de Morena, Brenda Ríos, porque no pasan ni 3 días en que saque comunicados para despotricar por alguna declaración de la legisladora.
Desde que inició la Legislatura, la “ñora” de LeBarón, se dedicó a golpetear al Ayuntamiento, desde fraccionamientos habitacionales, la nueva casa de Bonilla, declaró que la hostigan y persiguen a su chamacos, así como decir que presentará pruebas y hará denuncias.
Pos la coordinadora (no por consenso sino por imposición) de los regidores panistas, se le ha lanzado a las declaraciones y pues…parece que no supera el ya no estar en una curul, porque esos “pleitos de vecindá, pus nomás en el pleno oiga”; incluso, en dos comunicados oficiales, viene escrito que ella es ex diputada.
Nada mal el pleito entre la güerita y la señora de Álvarez Monje. Nomas la diferencia es que la del Congreso, con mejor sueldo y mas propiedades, tiende a ignorar todo comentario de la regis, quien ya no gana tanto y tampoco tiene tantos terrenos.