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El Parque Villa Dolores, en la intersección de Hacienda Agua Nueva y la calle 20, al sur de la ciudad, es el ejemplo perfecto del desastre en el que la actual administración ha sumido a los espacios públicos. ¡El parque está literalmente en ruinas! Sin luces que lo iluminen al caer la tarde, el lugar se convierte en una trampa de inseguridad. Para colmo, han plantado mezquites en vez de árboles de verdad, dejando a las familias bajo un sol abrasador sin ninguna sombra.
La cancha de basquetbol es una broma: ¡no tiene ni canastas! Y lo más indignante, no hay botes de basura, lo que ha llevado a los desesperados vecinos a colgar costales para lidiar con la suciedad. Mientras tanto, los logotipos de la administración están bien colocaditos, brillando como si fuera su único logro. Todo esto mientras los impuestos de los ciudadanos se desperdician sin que se haga absolutamente nada por mejorar la infraestructura deportiva y el mantenimiento básico del parque.