Elecciones, una encrucijada psicológica
Por Boris González Ceja
En psicología existe el termino impasse, que se refiere a una situación donde es difícil
decidir entre dos opciones, y en ese sentido México se encuentra (otra vez) en un momento
crucial de su camino hacia la democracia. Este proceso no sólo pone a prueba la solidez de
las instituciones del país frente al narcotráfico, sino que también muestra el poder
transformador y las complejidades inherentes a las campañas políticas.
En un sentido positivo, las dinámicas electorales han servido como motores de
participación y empoderamiento para los mexicanos. Por ejemplo, distintas figuras han
inspirado esperanza al proponer visiones innovadoras que prometen mejorar la calidad de
vida de la ciudadanía. La perspectiva de elegir a la primera mujer presidenta marca un hito
en la historia política de México, representando avances significativos en la inclusión y
diversificación política.
Uno de los aspectos más alentadores de las campañas políticas en México es su capacidad
para movilizar y fortalecer a la población. Candidatos como Claudia Sheinbaum defienden
la lucha contra la pobreza y la continuidad de los programas sociales, ha logrado inspirar un
sentimiento de optimismo y esperanza en diferentes sectores de la sociedad, con una
necesaria corrección de los errores de su antecesor y buscando eliminar la corrupción, la
militarización y la participación del narcotráfico en la vida pública del país, que hasta el día
de hoy son una constante.
¿Cuáles son los impactos positivos de las campañas?
Empoderamiento y participación: Las campañas políticas pueden generar
entusiasmo, especialmente cuando los votantes se sienten representados y ven
reflejadas sus preocupaciones en las propuestas de los candidatos.
Esperanza y optimismo: Las promesas de cambio y mejora en la calidad de vida,
cuando son percibidas como creíbles y alineadas con los deseos de los votantes,
pueden generar optimismo y esperanza en el futuro.
Conexión comunitaria: Las campañas suelen fomentar el sentimiento de comunidad
y pertenencia, ya que las personas se unen para apoyar a sus candidatos,
compartiendo ideales y objetivos comunes.
¿Cuáles son los impactos negativos?
Estrés y ansiedad: La incertidumbre y la polarización en las campañas políticas,
aunado a que la basura política se mezcla subrepticiamente, enoja a la población.
Cansancio: La sobreexposición a publicidad falsa, discusiones estériles y análisis
inútiles puede llevar al desgaste, lo que se llama "fatiga electoral".
Polarización y conflictos: Las campañas a menudo exacerban las divisiones,
pudiendo llevar a conflictos interpersonales y sociales, especialmente cuando se
fomenta la retórica que divide y se atacan las identidades grupales.
El camino hacia las elecciones en México se ve complicado y lleno de incertidumbre. La
violencia política, que se ha intensificado debido a los conflictos relacionados con la
narcopolítica, representa un desafío crítico para la endeble estabilidad nacional. Esta ola de
violencia se ha manifestado en una serie alarmante de ataques contra la población, políticos
y funcionarios, lo cual demuestra lo frágil que es el sistema político frente a la infiltración y
la agresión de elementos criminales. En lugares como Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero
y Michoacán, la amenaza de violencia electoral es especialmente grave, poniendo en
peligro la vida de los candidatos y generando un clima de miedo y desconfianza entre los
votantes.
Enfrentando la complejidad de esta realidad, se vuelve imperativo que los actores políticos,
la sociedad civil y las autoridades en México unamos fuerzas para crear un entorno
electoral que sea tanto seguro como inclusivo. Establecer protocolos de seguridad robustos,
junto con el desarrollo e implementación de campañas educativas que enfaticen la
importancia del respeto mutuo, la tolerancia y el diálogo constructivo, constituye un paso
fundamental para atenuar las repercusiones de la violencia en el ámbito electoral.
Sin embargo, la solución a largo plazo requiere de una mirada más profunda que vaya más
allá de las respuestas inmediatas. Es crucial abordar las raíces estructurales de la violencia y
el malestar social, lo que significa comprometerse con el fortalecimiento del Estado de
derecho y la promoción de una justicia accesible, transparente y equitativa.
Abrazar el principio de la paz asegurará no solo la legitimidad y la transparencia de las
elecciones, sino que también reforzará la fe en las instituciones democráticas, incentivando
una mayor y más activa participación ciudadana en el proceso político, algo que hoy es
faccioso y con hartazgo.
Causas y azares…
1. Las campañas políticas son divertidas porque dejan ver la realidad de los partidos
políticos, su intimidad y de que está hecha la sociedad para aceptar farsantes otra
vez.
Hasta la próxima, que considero a la democracia un abuso de la estadística.
Facebook: https://linktr.ee/psicologiaparati