El Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) -cuyo secretario general es Francisco Hernández Juárez- puede ser el mejor aliado de Telmex o su más feroz enemigo, pues por un lado le conviene que a Telmex le vaya bien, pero por el otro, puede ser como el amante despechado que sabiendo todas las intimidades de la alcoba, termine por revelar información, aunque esté pateando al pesebre.
En informes a la Bolsa Mexicana de Valores, Telmex ha dicho que con el STRM tiene una relación de colaboración. Cuando se trata de cuestionar decisiones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) que preside Javier Juárez Mojica, al STRM se le ha escuchado muchas veces como vocero de Telmex, de ahí que sorprendiera el estallamiento de la breve huelga, que culminó en la instalación de una mesa técnica que deberá encontrar soluciones para el pasivo laboral, las vacantes pendientes de cumplir y los trabajadores de nuevo ingreso.
Reestructuras. El STRM se ha quejado del grupo que hoy forma América Móvil, acusándolo de escisiones y reestructuras corporativas que -a decir del STRM- han debilitado a Telmex y afectado a los trabajadores, señalando de la ocupación de terceros para realizar trabajos otrora realizados internamente, así como de la implementación de estrategias fiscales que dañan a los sindicalizados. Es cierto que los grupos empresariales desde hace varias décadas han recurrido a reestructuras corporativas en busca de una mayor eficiencia que puede ir en contra de los derechos de los trabajadores y de los ingresos tributarios del SAT. ¿Hasta qué punto eso sucedió con los derechos de los sindicalizados de Telmex?
Aunque Telmex y Telcel forman parte de América Móvil, son diametralmente opuestas. Telcel tiene al Sindicato de Trabajadores de Servicios, Comunicaciones y Transportes de la República Mexicana cuya secretaria general es María del Carmen Espinal Souza, y del cual nunca se escucha nada, ni para bien ni para mal. Así que surge la interrogante siguiente: la decisión de transferir áreas de negocio fuera de Telmex, ¿se debió por considerar al STRM como un lastre del que se quieren liberar?
¿Retórica o realidad? Si bien el discurso sindical tiene una finalidad, sus palabras pueden despertar alertas del IFT. El STRM afirma que «Telcel, Uninet (enlaces de mayor velocidad con mayores descuentos en tarifas), Triara, CTBR, ALDECA y RESA, entre otras del mismo grupo y consorcio, reciben subsidios de Teléfonos de México» (https://bit.ly/3vlRfpt), ¿se trata de subsidios cruzados para apoyar a empresas hermanas que están en mercados competidos? ¿Encuadraría eso en una práctica monopólica?
El STRM dice que «no se realizaron las inversiones para la modernización de la infraestructura lo que generó pérdida en la participación de mercado», entonces ¿las medidas de la preponderancia no es la que afectó la participación del mercado de Telmex, sino una decisión corporativa de no invertir?
Requisa. Telmex no es cualquier empresa, y si se «apagara» por unas horas las consecuencias serían desastrosas para casi cualquier sector, empezando por el gubernamental y financiero. La ciudadanía de a pie ubica a Telmex como proveedor de telefonía y acceso a internet, pero la operación de Telmex es indispensable para los servicios que prestan otras empresas de telecomunicaciones y es infraestructura crítica y estratégica para nuestro país.
La última requisa de Telmex fue decretada previo a su privatización, en 1987 por un emplazamiento a huelga. Si bien la red de Telmex del siglo pasado es diferente a la actual y puede continuar su operación como lo hizo durante el poco más de un día de huelga de este 2022, ¿está preparada la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, que preside Jorge Arganis, para una requisa? ¿Tendrán personal capacitado suficiente para la requisa? ¿Pagaría una indemnización el gobierno a Telmex como lo prevé la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión?