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Alejandro Carrasco, encargado de despacho de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), ha demostrado una notable elegancia en el medio del proceso para designar a la nueva presidencia del organismo. Lejos de caer en descalificaciones o críticas hacia los 25 aspirantes que compiten por el cargo, Carrasco ha destacado la relevancia de esta participación como un ejercicio positivo, aunque señaló que pudo ser aún más amplia. Su postura refleja una altura de miras poco común, al subrayar que cualquier persona con una verdadera convicción por los derechos humanos tiene derecho a aspirar al puesto, sin importar su género o trayectoria académica. Para Carrasco, la experiencia formal no es el único indicador de capacidad; el activismo constante y el compromiso genuino son igualmente valiosos.
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En un contexto donde las dinámicas políticas suelen permear incluso a organismos autónomos como la CEDH, Carrasco insiste en que el enfoque debe permanecer en la defensa de los derechos humanos y el servicio a la ciudadanía. Con respeto y profesionalismo, ha reiterado que el personal de la Comisión debe continuar brindando atención y respaldo a la sociedad, independientemente de quién sea designado por el Congreso como titular. Esta actitud no solo pone de manifiesto su compromiso con la institución, sino que también establece un estándar de respeto y madurez política en un proceso que, sin duda, definirá el rumbo de la CEDH en los próximos años.
El que ya anda muy calladito es el senador de Morena Juan Carlos Loera, quien tras la respuesta que le dio su compañera diputada, Brenda Ríos, tras haberla casi insultarla en redes sociales y ella evidencia unas poquitas cosas de toda la cola que tiene el juarense, parece que no solamente lo regañaron sino se guardó sus opiniones.
Y es que no es para menos, porque aunque el señor tuvo puestos muy bien pagados, no se compara con la fortuna y contactos que tiene la legisladora, así como compartir junto con su esposo, Alex LeBarón, así que parece que sí le dio miedito a Loera, así que mejor que las cosas continúen.
Según dicen por ahí en el partido, todo fue una treta para desmotivar a Brenda para competir por ser candidata a la Alcaldía de Chihuahua en 2027 y qué mejor que nadie, que el perdedor por excelencia, total, mejor quitarlo del camino para no se le ocurra algún puesto de elección popular y poco a poco ir desplazando a los allegados a Javier Corral y renovar el morenismo con mejores perfiles.
Aunque en Chihuahua no hay mucho de donde escoger, ya que la mayoría de los sonados y con posibilidades de competir, son emanados de otros partidos, es mejor asegurar algo que andar haciendo experimentos con promotores de box o responsables de fallidos shows aéreos o de los llamados puritanos de Morena, que ni figuran en la simpatía o como dicen el dicho «Ni en su casa los conocen».
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