NOTICIAS CHIHUAHUA
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Cruz Pérez Cuéllar, presidente municipal de Ciudad Juárez, parece haberse especializado en dos cosas: esquivar la responsabilidad de sus acciones y organizar eventos con presupuestos generosos. La gestión de los problemas cotidianos, en cambio, parece estar en el fondo de su lista de prioridades, justo después de las cenas de tres tiempos.
El tema de la basura es un ejemplo brillante (o apestoso, según se vea). Ciudad Juárez sigue acumulando desechos en las calles porque la empresa PASA, contratada para recogerlos, simplemente no cumple. ¿La solución? Multas simbólicas y la renta de camiones que, al parecer, cuestan más que un desfile presidencial. Pero según el alcalde, encuestas misteriosas (¿hechas en otro planeta?) revelan que este problema no es una prioridad para los juarenses. ¡Qué alivio! Ya nos podemos relajar con la idea de que el suroriente de la ciudad solo es un pequeño vertedero temporal.
La fiesta, sin embargo, no para. Desde su toma de protesta, que costó la módica cantidad de 3 millones de pesos, hasta la celebración del Grito de Independencia, donde se gastaron más de 9 millones, el alcalde parece decidido a demostrar que no hay recorte presupuestal que frene una buena pachanga. Lástima que la coordinación de la recolección de basura o la atención a las zonas marginadas no estén en la lista de contrataciones millonarias.
Y mientras el presupuesto para servicios básicos sigue en déficit, parece que ya se está escribiendo el guion de su próxima campaña electoral, esta vez mirando hacia 2027. Los gastos de publicidad municipal han incrementado significativamente, con un claro enfoque en posicionar su imagen. Como si esto no fuera suficiente, también se decidió un aumento al impuesto predial, porque, claro, hay que financiar el sueño de un Palacio de Gobierno renovado para su posible futura administración. ¿Problemas del presente? Que los resuelva alguien más.
Quizás Juárez necesita menos discursos grandilocuentes y más soluciones reales. Pero, por ahora, seguiremos viendo cómo el alcalde se enreda en su propia narrativa, entre camiones descompuestos, acusaciones incómodas y fiestas millonarias.
La situación en el Instituto Municipal de Prevención a la Salud es alarmante. Los empleados están sufriendo bajo una carga de trabajo excesiva, lo que ha llevado a un ambiente laboral tenso. Pero eso no es todo, también hay acusaciones de hostigamiento por parte de Israel Ponce, quien supuestamente ha estado moviendo a los empleados de un lugar a otro sin un apoyo verdadero.
Esto ha llegado a oídos de Luis Arrieta, pero lamentablemente, no ha tenido el tiempo de atender el caso debido a sus múltiples obligaciones. Mientras tanto, los empleados están al borde del colapso debido a las responsabilidades que tienen, especialmente en estas fechas decembrinas cuando el número de personas que buscan ayuda ha aumentado.
Es inaceptable que no se estén atendiendo a quienes están dando la mano para ayudar en este problema tan delicado. Es hora de que se tomen medidas para abordar esta situación y proteger a los empleados del Instituto Municipal de Prevención a la Salud, por cierto nos dicen que tampoco tienen incentivos.
Aunque la dignificación de los policías municipales implica también darles una bonita ceremonia a los cadetes que se graduarán hoy de la Academia, el Centro de Convenciones de Chihuahua podrá dar todas las facilidades y ser un excelente espacio, pero eso sí, cobra y bastante.
Ostentoso es la palabra más exacta para cualquier evento que se realice y el Municipio ha tenido este recinto como su base de operaciones por excelencia para todo tipo de asuntos y la ceremonia de mañana no es la excepción.
Tan solo para toma de protesta o informe, se gastan más de 2 millones de pesos para tener todo el lugar, mientras que cada evento en salón grande suele costar arriba de los 200 mil o 300 mil pesos, que ni siquiera incluye servicios extras como caterine, alimentación, bebidas, cristalería o alimentación.
El Ayuntamiento cuenta con espacios propios para diferentes eventos como el Teatro de la Ciudad o el Auditorio Municipal (que en los últimos años ha brillado por su descuido y falta de mantenimiento), que bien podrían utilizar para los agentes pero bueno, hay que darles un poco de lujo.
A casi una semana del fracaso de lo que sería la despedida de la emblemática Plaza de Toros “La Esperanza”, evento frustrado por simpatizantes de los derechos de los animales y haber subestimado el movimiento, actualmente no hay ninguna noticia que indique si habrá demolición o se intentará revivir con algún espectáculo.
Según había comentado el propietario Kike Valles, se iba a realizar la última corrida de toros en la historia para convertir el lugar en un centro deportivo o plaza comercial, pero ni proyecto ni permiso ni nada.
El alcalde, Marco Bonilla, declaró en días pasados que en una plática corta y rápida, Kike le dijo que ese era el plan, pero no ha presentado nada al respecto, por lo que se quedó en solamente una idea al aire al parecer.
Todo indica que el lugar quedará así sin funcionar y como elefante blanco por un buen periodo de tiempo.
Parece que ya hubo reconciliación entre la pequeña bancada del PRI en el Congreso, que luego de varios días de mirarse feo y casi sacarse la lengua, ayer salieron los cuatro tricolores a decir que traían buenos resultados en una reunión para gestionar recursos en la Ciudad de México.
Los diputados por el PRI en el Congreso local, Arturo Medina, Guillermo Ramírez, Luis Fernando Chacón y José Luis Villalobos, que habían brillado por no estar de acuerdo entre ellos y hasta caerse gordos, ahora se vieron bien “amiguis”, como si el pasado ya no importara.
Quizás recibieron una reprimenda de la Dama de Hierro, la diputada, Graciela Ortiz, quien aunque no siempre esté el los reflectores, siempre se ha caracterizado por ser una excelente operadora y poner a algunos en cintura.
Parece que a los 4 les hacía falta un poquito de realidad para que se dieran cuenta que si quieren que haya un mínimo de oportunidad de volver a brillar, es lo que al PRI le había caracterizado desde toda una vida, alinearse y unidad.