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La educación en México necesita un replanteamiento urgente, y no me refiero a seguir llenando cabezas con teorías inútiles. La educación física debería ser el pilar central, enfocándose en la oxigenación y en sacar a los alumnos de la vida sedentaria y ociosa que tanto abunda. ¿Y qué decir del inglés? Estamos estancados en el «to be or not to be», una frase que todos conocen, pero de ahí no pasan. El «Pachugo» nos promete inglés para todos los niveles, pero la realidad es otra: ¿alguien ha visto salir a un estudiante de una escuela pública hablando inglés? Jamás en la historia de la educación en México.

En lugar de insistir en promesas vacías, mejor que se enfoquen en lo que realmente hace falta: una educación física sólida que, además de formar cuerpos más sanos, podría aliviar el colapsado sistema de salud. Porque, seamos honestos, la falta de actividad física solo contribuye a una juventud más sedentaria, más obesa, y, en definitiva, más desconectada. Dejemos de crear «gorditos y huevones» y empecemos a formar generaciones con verdadera vitalidad.

Pues bien, se cierran ciclos y en comunicación del estado también, aunque hay algunos medios que le lustran los zapatos al coordinador Sotelo, perdón excoordinador, por obvios billetes perdón razones, por cierto, quien nunca fue fan de esta columna. Sin embargo, los ciclos se cierran y ahora nos enteramos de algo más preocupante: se ha dado la instrucción a los reporteros de no acercarse a la Ejecutiva para hacerle preguntas. Así es, ¡les ordenaron que eviten las entrevistas banqueteras! Una chica, ya no tan joven que era pupila de Georgina Bujanda, se encargó de transmitir el mensaje, como si ahora fueran jefes de los reporteros para dictar cómo deben hacer su trabajo. Y claro, hay quienes, por razones obvios billetes acatan estas órdenes, pero es evidente que estas instrucciones buscan cortar de raíz el periodismo libre.

Por si fuera poco, nos han informado que se avecina una «limpieza» en esa misma coordinación. Resulta que quienes deberían estar fortaleciendo al gobierno están causando conflictos internos, poniendo trabas y tomando decisiones que no contribuyen en nada a un gobierno fuerte. En lugar de abonar, están restando, y eso, tarde o temprano, pasará factura y no es que sea a ellos sino a un trabajo que se ha forjado desde hace una década un equipo politico que  le ha costado llegar a la cima.

Ya pasaron unos cuantos días desde que regresaron a clases en la UACH y con ello, también el anuncio y de nuevas carreras que vendrán a nutrir la matrícula, que se espera que a inicios del próximo año ya esté el plan de estudios definidos, porque así fue la promesa del rector, Luis Rivera Campos.

Solo un detalle, todavía no se han visto indicios de que se está avanzando ni en Criminología, Psicología o Veterinaria, que son las que causaron mayor expectativa.

Otra bronca se viene, ya que las licenciaturas humanistas mencionadas tienen mucha demanda y actualmente están prácticamente monopolizadas por algunas instituciones privadas como el Claustro Universitario, que es muy loable que esté a disgusto por el anuncio, ya que año con año crecía su matrícula estudiantil y es un ingreso muy oneroso.

A ver qué tala les cae si los de la UACH se ponen las pilas y sacan las carreras para febrero, lo que evidentemente les quitaría mucho alumnado; no tanto por la calidad, sino por el precio a pagar, que si bien, la UACH no es muy accesible que digamos, es lo más barato en cuanto a educación superior y probablemente va a haber un conflicto de intereses entre la institución pública y la privada, aunque la segunda tenga el aval de la primera en cuestión de documentación.

Vienen bastantes temas de escritorio y negociaciones en restaurantes para ver cómo se desarrollará el plan de estudios y lo ma a importante, ¿Quienes impartirán las materias?

Por el momento, muchos que no alcanzaron a ingresar a la UACH y otros estudiantes de preparatoria ya fijaron los ojos en las nuevas carreras anunciadas y se espera que las autoridades universitarias estén a la altura para cumplir esta demandas.

Todo muy padre se pinta para hoy, que empiece a funcionar el Campus del Instituto Superior de Seguridad de Chihuahua, el ISSCUU, ahora que sea inaugurado, que se supone abonará a una mejor preparación táctica, física y hasta académica para los policías municipales.

La tirada de la administración municipal es que los oficiales tengan todo para que dejen de malandrear o bien, que los nuevos cadetes que están próximos a egresar, se sientan suficientemente preparados y profesionales para no ser parte del enorme problema de seguridad que no ha podido eliminarse en la capital.

Otro detalle, es que ya está la promesa de regular los salarios para que el rango más bajo tenga un ingreso de 22 mil pesos al mes; a ver si con esto, dejan de extorsionar o negociar con malandrines y finalmente puedan hacer el trabajo de servir y proteger al ciudadano, no proteger al criminal y servirse del pueblo.

Si con todo esto no se aplican, ya es abuso o ambición desmedida, por lo que deberán comenzar a pensar las autoridades en una purga masiva al interior de la corporación.