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¡Vaya coincidencia! Justo cuando atrapan a un policía municipal con un arsenal digno de guerra, resulta que ya estaba en «proceso de baja». ¿Qué conveniente, no? Según el alcalde Marco Bonilla, ya tenían días enterados del asunto y ordenaron que todo se manejara con transparencia. Claro, porque no hay nada más transparente que dejar que un malandro con placa siga en la nómina hasta que lo pesquen con las manos en la masa. Pero eso sí, nos aseguran que en su gobierno nadie está por encima de la ley.

Ahora la pregunta es: ¿qué hace Asuntos Internos? Porque si de verdad querían deshacerse de este elemento, ¿por qué seguía activo hasta el momento de su arresto? ¡Qué raro que siempre los agarran cuando «ya iban de salida»! Parece que en lugar de limpiar la casa, nomás esperan a que la basura se acomode sola. A menos, claro, que desde dentro haya quienes protegen a los suyos. Pero no, eso sería una locura, ¿verdad?

El Tigrillo Palma se dejó caer en la ciudad para echarse un concierto, y aunque sus rolas nos traen nostalgia del sueño americano, hay un pequeño detalle que nadie ha aclarado: ¿pagó la fianza o nomás cantó de gorra? Porque si bien el municipio anda muy estricto con ciertos artistas, aquí nadie ha dicho ni pío sobre si Gobernación hizo su chamba. Ya vimos con Alfredito Olivas que las reglas son flexibles cuando conviene, así que estaría bueno que nos contaran si esta vez sí cobraron o hicieron la vista gorda.

Y es que, aunque las multas no han logrado que la gente deje de escuchar narcocorridos, como bien dice un estudio de la UNAM, esa lanita al menos le cae bien a las arcas municipales. Otra cosa es si realmente la aplican o se va a quién sabe dónde. Pero bueno, mientras los conciertos sigan y el dinero fluya, aquí todos felices… menos los que pagan religiosamente lo que les toca. Por cierto, lo más seguro que después de que nos lean como acontece a diario, busquen la excusa para estar preparados, bueno la respuesta oficial.