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Juan Carlos Loera salió a presumir la reforma a la Ley del Infonavit como si fuera la gran solución al problema de vivienda en México, ignorando décadas de corrupción, malas gestiones y la incapacidad del gobierno para garantizar un hogar digno a los trabajadores. Según el senador, esta reforma marca el inicio de una “nueva época”, pero la realidad es que MORENA solo está reciclando viejas promesas y vendiendo la idea de que ahora sí van a resolver lo que nunca han podido. Culpan al pasado, pero después de más de cinco años en el poder, la crisis de vivienda sigue igual o peor, con precios inalcanzables y créditos impagables.
Mientras la oposición advertía sobre los riesgos de crear una nueva empresa que solo servirá para alimentar burocracia y negocios opacos, el oficialismo aprobó la reforma sin cambiar ni una coma. MORENA, PT y Verde votaron en bloque para darle al Infonavit facultades que, lejos de beneficiar a los trabajadores, abrirán la puerta a más descontrol y clientelismo. En lugar de garantizar viviendas accesibles, lo único seguro es que unos cuantos se llenarán los bolsillos con otro experimento que, como siempre, dejará a las familias mexicanas con promesas vacías y sin techo.
Pura calamidad está ocurriendo en el Municipio de Chihuahua y más que nada, sin el liderazgo de Marco Bonilla, quien por enfermedad tuvo que ausentarse de sus funciones, pero en el peor momento, porque está todo color de hormiga.
Primero que nada, es que el cuento de nunca acabar de la lucha por Mápula sigue alargándose y por tonterías burocráticas, se pospuso una revisión de peritos federales en la zona para ver si avalaban el lugar como adecuada para hacer algo, ya ni hablar de un relleno sanitario, pero al Ayuntamiento le están dando atole con el dedo y se lo está tragando bien y bonito.
Todo mundo sabe que la la jueza de Distrito, Flor Gómez Peinado, quien se envolvió en varias controversias como el obvio intento de femenicidio de Mya Nahomi a manos de su ex pareja y lo dejó libre, ahora tiene el juicio de amparos de particulares liderados por «Luthor Corp», sigue aplazando todo. la explicación más lógica a todo esto es «cash», la jueza realmente se está llenando los bolsillos y no hay nada que pueda evitarlo…bueno, solamente en junio que se lleven a cabo las elecciones del Poder Judicial y luego la toma de posesión…pero…¿Y si repite o hay alguien aliado? el tema de Mápula se perderá para siempre.
Lamentable es que todo el aparato jurídico y gubernamental de la «JOYA DE LA CORONA DE CHIHUAHUA» no pueda hacer nada al respecto y haya permitido que este caso se vaya tan lejos. Quizás en unos cuantos años lo ganen y les den la razón, pero ya no será en esta administración.
Ojalá y toda la gente de Bonilla y compañía recapaciten en que no pueden con un super villano (magnate) y mejor, construyan a la de ya, la planta recicladora, que les vendría bien para resolver todo este problemón, claro, si es que se busca continuidad en la Gubernatura. Eso sería un super acierto y gran proyección no solo a nivel municipal, sino estatal y hasta nacional. Sino, pues mejor a la banca y a dormir.
Tssss…la UACH parece no escarmentar y quien mejor que nadie que los mismos alumnos de nuevas carreras que no solo están decepcionados por un improvisado plan de estudios en carreras nuevas sacadas de la manga, sino en las condiciones de aulas que están padeciendo.
Y es que aunque sea pública, el pagar entre 4 mil y 6 mil pesos de inscripción por semestre, sí es algo. Pero mínimo, tener los espacios adecuados y no un cuchitril, tal y como lo han manifestado estudiantes de primer semestre de las carreras de Psicología y Veterinaria, que parecen relegados por todos o mejor dicho «el patito feo» en las facultades de Ciencias Políticas y Sociales, así como en Zootecnia y Ecología.
Tanto fue el aferramiento del rector, Luis Rivera Campos, para apresurar plan de estudios, que nunca vislumbró la problemática en infraestructura que traería y los que salen perdiendo son los muchachos, que con ilusiones, apuestan por la ya mal llamada «Máxima Casa de Estudios», para toparse con aulas a medio construir, sin calefacción, a veces sin luz y con improvisados catedráticos…eso en la Fispys. Ni se diga en Zootecnia, donde los arrinconaron y en lugar de dialogar o negociar, la imposición solo obligó a que los directivos optaran por darles los peores espacios a los alumnos nuevos. No queremos ni imagina en julio que lleguen las inscripciones masivas para el ciclo escolar, porque si de por sí, fue la demanda excesiva en enero, el siguiente será algo catastrófico.