A muchas personas se les hace fácil la psicología, piensan que sólo es sentarse a hablar
de los problemas como una forma de desahogo; algunos otros piensan que sólo es
“escuchar”, como si el ser humano fuera un aparato que se vacía de palabras y asunto
arreglado, pero no es tan sencillo.
En México (y en general en varios países de latinoamerica) pululan charlatanes que
engañan a las personas, haciéndose pasar por psicólogos que cobran hasta 5 mil pesos por
6 sesiones, siendo eso un abuso. Es el precio que puso la polémica Yosseline Hoffman
(YosStop) a las “terapias” que ofreció a través de su página “yo soy balance”, y que
generó un sinnúmero de reacciones en la red, debido a que la influencer aún no cuenta
con cédula profesional que avale sus estudios, por lo que estaría impedida para llevar a
cabo la atención clínica, so pena de usurpar funciones que no le corresponden.
Más allá de este nuevo escándalo, que puso en el debate la práctica psicológica, es muy
importante saber que no todas las que se hacen llamar “terapias”, tienen que ver con
disciplinas probadas científicamente, por lo que es cada vez más común que las personas
sean engañadas por personas sin conocimientos que se dicen llamar coaches,
facilitadores o entrenadores de vida.
Múltiples son los engaños que utilizan los farsantes de la psicología, pasando por
coaching, esoterismo, sectas, etc., generando prácticas coercitivas con fines lucrativos
que muchas veces se aplican en universidades; por ejemplo, contra alumnos que les
obligan a ir con sus mismos maestros de la escuela para atender sus problemas
psicológicos personales.
En psicología no se trata sólo de dar consejos, sino que se requieren de técnicas
especializadas para determinar diversos problemas, por ejemplo, hacemos diagnósticos y
evaluaciones periciales, tratamientos profundos de salud mental, seguimiento a los casos
atendidos y programas de rehabilitación profesional de psicología, por lo que reducirlo a
que los psicólogos damos simples opiniones personales, habla de la carencia con la que
se piensa la complejidad humana con la que trabajamos.
Cada vez están más de moda las constelaciones familiares, las flores de Bach, coaching
transpersonal, o la aromaterapia, que son terapias alternativas que no son aprobadas por
la comunidad científica a pesar de los intereses personales de quien las defiende, y
aunque cada vez tienen más seguidores, no existen bases científicas que lo sustenten, por
lo que podrían ser clasificadas dentro del ámbito del esoterismo o la charlatanería.
Otras formas de abuso que hemos detactado es con médicos que se hacen pasar por
expertos en temas de cognición, conductas y subjetividad; que medicalizan a las
personas, con el único fin de egrosar sus bolsillos. Los excesos de los médicos van al
grado de ser “psicoterapeutas” con posgrados patito en escuelas que venden cursos, sin
tener las bases científicas que se requieren y que sólo una carrera de psicología con título
y cédula puede dar.
Decir que COFEPRIS regula esos temas es otra opinión ignorante, sobre todo porque las
características de la atención psicológica poco tienen que ver con las prácticas sanitarias,
por lo que sin una regulación legislativa de Salud Mental, sólo se pide extralimitarse a las
autoridades en la materia, generando más corrupción. Justo ahí radica la gravedad del
tema, ya que hasta hoy, no existe ninguna autoridad que pueda regular la prestación del
servicio de psicoterapia.
Como puede observarse, los vacios legales que hay en el campo de la salud mental
evidencian la pobreza de nuestros diputados y diputadas, que se dedican a tomarse fotos
en vez de hacer leyes para detener a los delincuentes que lucran con la vida de las
personas, sin importarles su responsabilidad legislativa para parar con esa forma de abuso
que son los psicólogos influencers, patito o inventados, como quieran decirles.
En México no existe una Ley de Salud Mental, por lo que cualquier abusador puede
ofertar coaching para “hacer que tomes la decisión que necesitas” a pesar del costo, no
sólo monetario, sino de salud y hasta de vida, llevando a algunas personas al suicidio por
la falta de atención profesional científica de psicología.
Causas y azares…
Dice Zoe Robledo, director general del IMSS que vamos a tener el sistema de salud
más grande del mundo: no tenemos ni paracetamol en los centros de salud, lo que es
engañarse a sí mismo y cobrar por eso.
La desaparición forzada sigue aumentando en el país, con la falta de pericia de los
gobiernos para erradicar ese mal, tanto locales como foráneos, mientras los
delincuentes siguen reinando.
La próxima presidenta de México será Claudia Sheibaum Pardo, y lo único que
preocupa es que no tenga un plan de salud mental, sólo la misma misma cantaleta de
los políticos de siempre, algo que a ellos y a sus incondicionales les sirve.
Hasta la próxima, que somos también el sueño de otra persona.
Facebook: https://www.facebook.com/boris.gonzalez.35/