SOMOS NUESTRA MEMORIA EL PSICÓLOGO IDEAL

MONTAR LA TORMENTA
Por Boris González Ceja

María puede tener cambios fuertes de su estado de ánimo y sentirse insegura
sobre cómo se percibe a sí misma, sus sentimientos hacia los demás en la casa y
en su trabajo pueden cambiar rápidamente y pasar de una cercanía extrema a una
aversión extrema.
Lo que le pasa a María es lo que en psicología se conoce como trastorno límite de
la personalidad (TLP), que es un tipo de problema psicológico en el que las
emociones, la visión de sí misma, el comportamiento y sus relaciones se vuelven
muy inestables. En México, la prevalencia se estima que es del 2 por ciento de la
población, unos 4 millones de mexicanos.
Este comportamiento ocurre con más frecuencia entre la población femenina que
en la masculina. Lo que nos llama la atención es que las personas que viven con
TLP lo manifiestan como montar la tormenta, un torbellino donde se encuentran
estacionados, en paz, así.
Las causas del trastorno límite de la personalidad son diversas tales como
factores genéticos o ambientales, pero nosotros hemos observado cómo la
desatención de las personas hace que este problema sea cada vez peor.
Muchos estudios sugieren que los genes desempeñan un papel importante y que
tener un familiar cercano con ese trastorno también aumenta el riesgo de
desarrollarlo, sin embargo, se sigue manteniendo la falta de criterio para
diferenciar genética de herencia, que no es lo mismo ni es igual.
Además, las experiencias infantiles adversas, como el trauma, el abuso y la
negligencia, también son factores importantes en la probabilidad de desarrollar
este trastorno, siendo la falta de espacios de atención psicológica un motor de su
desarrollo.
En México, la cultura tiene un gran impacto en cómo se ven las enfermedades
mentales. A menudo existe un estigma en torno a los trastornos de salud mental y
las personas pueden dudar en buscar ayuda, sobre todo por la falta de
profesionales con experiencia. Además, la familia es muy importante en México.
Esto significa que las familias suelen ser el apoyo fundamental de las personas
que padecen un trastorno, o en su caso profundizan su problema. Esto también
puede provocar tensiones en las relaciones familiares, algunas de las cuales son
complicadas, toxicas y dañinas.
Según el manual de los trastornos mentales (DSM-5), los criterios de diagnóstico
para el TLP incluyen un patrón constante de inestabilidad en las relaciones, la
autoimagen y las emociones. También existe una impulsividad pronunciada que
comienza en la adolescencia o principios de la edad adulta.
El TLP se caracteriza por una variedad de síntomas, y su gravedad e intensidad
varían ampliamente de persona a persona. Los síntomas más comunes en el TLP
son:
 Inestabilidad emocional: Las emociones son muy intensas y pasan
rápidamente de un extremo a otro. La personalidad parece como la de
Joaquín Phoenix en el Joker.

 Relaciones interpersonales desorganizadas: La persona puede tener
tendencia a idealizar completamente a alguien y luego de repente, ver a
esa persona como terrible. Es como la clásica escena de la madre que es
amable y grosera, bella y temible, querida e indeseable.
 Autoimagen inestable: Los sentimientos sobre una misma pueden variar
mucho, desde sentirse muy bien hasta sentirse completamente inútil. Así
como a muchos nos pasa, pero enclavado en la personalidad.
 Miedo al abandono: Puede haber un intento desesperado por evitar el
abandono, real o imaginario. Esos miedos se hacen presentes en
relaciones de dependencia y conflictivas.
 Autolesiones y conductas suicidas: Los intentos de suicidio y las
autolesiones son comunes. Sobre todo, dejando de atenderse, o generando
procesos que dañan su salud física.
El diagnóstico de TLP se realiza por un psicólogo capacitado en el tema,
basándose en el historial del paciente y un examen mental completo. El
tratamiento del TLP implica un proceso de psicoterapia, y cuando existe necesidad
se recomienda medicación, pero primero se agotan las opciones psicológicas para
no generar dependencia a los fármacos o reacciones secundarias indeseables.
Una de las opciones de tratamiento más efectivas es la terapia dialéctica
conductual (DBT), o terapias científicas y profesionales de la psicología como el
psicoanálisis y la terapia sistémica.
Además del tratamiento, en México está aumentando la conciencia sobre el
trastorno límite de la personalidad y los trastornos mentales en general. Sin
embargo, todavía queda un largo camino por recorrer. Las campañas de
concientización y el trabajo de organizaciones no gubernamentales como el que
se realiza en www.psicologiaydesarrollocomunitario.com pueden ayudar a mejorar
la comprensión pública de estas enfermedades y reducir el estigma asociado con
ellas.
Causas y azares…
 Más de 133 mil desaparecidos hablan de la podredumbre en las Fiscalías y
las policías, de la corrupción de los políticos dejando con las suyas a los
narcotraficantes, si es que no son los mismos.
Hasta la próxima, que somos ese quimérico museo de formas inconstantes.
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