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Las promesas de un drenaje pluvial adecuado en la ciudad de Chihuahua se desvanecen ante los ojos de los ciudadanos, ya que las autoridades locales no lo tienen como prioridad de atención. El presidente municipal, Marco Antonio Bonilla, reconoció que las inversiones necesarias para este tipo de proyecto multimillonario están fuera de su alcance y requieren de la intervención de la Federación a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Bonilla admite que un proyecto de esta magnitud demandaría reconstruir gran parte de la ciudad, la cual está formada por arroyos que desembocan en los ríos Sacramento y Chuvíscar. Pero, en lugar de proponer soluciones concretas, se limita a exhortar a la población a no circular por las corrientes durante las lluvias. ¿Será esta la estrategia para evitar más tragedias como la del domingo pasado, donde un ciudadano perdió la vida en el Circuito Universitario?
Más allá de señalar que el problema no es solo del drenaje pluvial, el alcalde insiste en que se concentren en identificar las zonas de riesgo y evitar circular por estas áreas. Sin embargo, no hay claridad sobre cómo evitar que el próximo aguacero no se lleve más vidas.
Las zonas de riesgo, según Protección Civil Municipal, incluyen puntos como Juan Escutia desde los fraccionamientos Lourdes y Churubusco, intersecciones de Juan Escutia con Tecnológico, Agustín Melgar con Tecnológico, el Circuito Universitario, Vialidad Nogales, y al sur, en la Vialidad CHP y Fuentes Mares. Mientras tanto, el Atlas de Riesgo se convierte en una herramienta más para intentar evitar lo inevitable: la falta de acción real de las autoridades.