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La joven suiza acusada de intentar degollar a dos mujeres en una gran tienda en 2020 mientras gritaba consignas a favor del grupo yihadista Estado Islámico (EI) dijo este lunes al tribunal en la apertura del proceso que no tiene remordimientos.

El 24 de noviembre de 2020, la mujer subió al quinto piso de la gran tienda Manor de Lugano, en la zona de habla italiana del país, compró un cuchillo y atacó al azar a dos mujeres, intentando degollarlas.

En el primer día de audiencias, la acusada, de 29 años, afirmó que no tiene remordimiento.

«Si pudiera volver atrás, lo haría mejor (…) con cómplices», declaró ante el tribunal penal federal en Bellinzona, en el sur de Suiza, bajo una fuerte presencia policial.

La mujer afirmó haber «planificado» el ataque desde «hace meses, incluso años» para hacer algo para el Estado Islámico y mostrar que ella también era «capaz de llevar a cabo una acción terrorista».

Durante el ataque una de las víctimas fue herida gravemente en el cuello. La otra, lesionada en una mano, logró dominar a la atacante, con la ayuda de otras personas, hasta la llegada de la policía.

Cuando se proyectó una foto de la herida causada a la víctima, la acusada permaneció serena. «No fue tan profunda como pensé», afirmó asegurando que esto no le provocaba «ningún efecto».

La procesada –hija de un suizo y una serbia– compareció vestida de negro, como es la norma de esta corte.

La acusada llevaba la cabeza cubierta y tras una larga discusión entre el presidente del tribunal y su abogado aceptó descubrirse.

«Yo soy musulmana», dijo, con un atisbo de sonrisa para justificar su voluntad de cubrirse la cabeza.

Según la fiscalía de Suiza, la joven –cuyo nombre no fue filtrado por el tribunal– actuó «intencionalmente» y «sin ningún escrúpulo».

Durante el ataque, la agresora gritó consignas como «Alá es grande» y «vengaré al profeta Mahoma» y además afirmó: «Estoy aquí por el Estado Islámico».

Según un psiquiatra convocado el lunes por la corte, Carlo Calanchini, la joven padece un «leve retraso mental» y trastornos parecidos a la esquizofrenia, sobre todo por una falta de empatía, por lo que concluyó que el grado de imputabilidad era «medio».

El experto duda que la joven pueda desarrollar una «mejor capacidad de juicio» algún día y consideró que, en realidad, ella sabía pocas cosas sobre el yihadismo y mucho menos que cualquier persona que lea los diarios.

«Acto terrorista» y prostitución –

En la primera parte de la audiencia, la mujer de largos cabellos negros contó al tribunal con una voz quebrada las crisis de epilepsia que sufrió en su infancia, para después tener una adolescencia marcada por la anorexia, entre prácticas de peluquería y trabajos de dependienta.

Desde su infancia está siendo atendida por psicólogos y psiquiatras e incluso en prisión sigue en un tratamiento, que afirmó que no le gusta y que dice que la pone «nerviosa».

La mujer contó que quedó embarazada a los 17 años de su futuro marido de origen afgano, con quien se casó dos años después, para divorciarse finalmente el año pasado.

«Las cosas comenzaron bien, después se torcieron», dijo explicando que su marido no quería ni que estudiara ni que abortara.

Debido a que no quería ocuparse del niño tras su nacimiento, se lo dejó a sus padres, que lo adoptaron.

La acusada está procesada por «intento reiterado de asesinato» y violación de un artículo de la ley federal que prohíbe a los grupos yihadistas Al Qaida y EI.

Uno de los cargos es haber querido cometer un «acto terrorista» en nombre del EI.

También debe responder a una acusación por «ejercicio ilícito de la prostitución» entre 2017 y 2020.

La defensa asegura que utilizará el estado mental de la acusada para refutar el cargo por «terrorismo» y pedir que sea considerado como un «intento de asesinato». Este lunes y el martes el tribunal escuchará el testimonio de los expertos.

Las audiencias se prolongarán hasta el jueves y la sentencia será dictada el 19 de septiembre.

Por AL PE

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