Duro y a la cabeza se lanzó ayer, en Querétaro, el ministro Alberto Pérez Dayán contra las pretensiones de AMLO de convertir a la Corte en una institución política, parcial y acorde a los intereses de la 4T que él todavía cree que durará para siempre.
No solo dio respuesta tajante a ello al expresar que el Poder Judicial debe estar alejado de la política “y no arrojarlo al fondo de ella para que no resulte un juego de las pasiones”, y que por encima de la Constitución “no puede estar ningún Poder, nada ni nadie, no permitamos que esto se olvide o se confunda”.
Pérez Dayán, amenazado por los morenistas con entablarle un juicio político, se encarreró y también acudió al diputado constituyente Paulino Machorro quien hace más de cien años, en las discusiones de las que surgió la Carta Magna, dijo “el magistrado no es igual al diputado o al senador, el magistrado es radicalmente distinto; él no va en el ejercicio de sus funciones a representar a nadie; no lleva el criterio del elector, lleva el suyo propio, simplemente se le nombra como persona en la cual se cree que se reúnen ciertos requisitos indispensables para llenar una función social; él tiene que obrar en su función precisa, obrar quizá hasta en contra de la opinión de los electores”.
¿Lo escucharía AMLO? ¿Su asesor Arturo Zaldívar de quien se dice es el autor de la iniciativa loca para reformar al Poder Judicial?
Vale la pena preguntar si también la “ministra del Pueblo” Lenia Batres, cliente frecuente de esta columna, estaría atenta. Porque en uno de los párrafos de su discurso el ministro Pérez Dayán les lanzó una pedrada a ella y a López Obrador.
Citó a la Constitución de 1814 en la que se citaba que los ministros “requieren de una buena reputación, patriotismo acreditado con sus servicios públicos y luces no vulgares –subrayo: no vulgares– para desempeñar las augustas funciones de este empleo”.
¿Si escucharon AMLO y Lenia?
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Ahora que López Obrador propone que los ministros de la Corte sean electos por voto popular, no estaría nada mal que la sociedad en su conjunto planteara que los miembros del gabinete presidencial fuesen sometidos al sufragio.
Que, como expone la iniciativa presidencial presentada ayer a la consideración del Legislativo, también hicieran campaña y mostraran si es que tienen o no aptitudes, dotes y una ética intachable para desempeñar el cargo para el que fuesen propuestos por el Ejecutivo.
Eso evitaría que, como sucede ahora, llegaran al gabinete presidencial personajes improvisados, incapaces, recomendados por los hijos del presidente en turno para traficar su influencia sobre ellos y hasta familiares directos de quien porte la banda tricolor sobre el pech… con los resultados deplorables que todos padecemos.
¿O a poco usted cree que Rosa Icela Rodríguez es el personaje idóneo para encargarse de la Seguridad Ciudadana, tras su preparación como reportera y hasta como nana de los tres primeros vástagos de AMLO?
¿Marath Bolaños, titular de la STyPS, lo mismo que Alejandro Calderón Alipi, al frente del IMSS Bienestar, están en esos cargos con porque son amigos y facilitadores de la corrupción de Andy López Beltrán?
Entre otros, ¿usted cree que hubieran aprobado la prueba de las urnas?
¿Quizá sea por ello que la llamada sociedad civil aplaude a Xóchitl Gálvez cuando en sus arengas garantiza que en su posible gobierno no habrá “rateros, ni huevones ni pendejos”?
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Como si fuera una espinita, el anaranjado Jorge Álvarez Máynez trae clavado a Nuevo León en el corazón.
Su peculiar destape con micheladas y cervezas sobre la mesa fue en esa entidad, al lado de los tiktokeros Samuel García y Mariana Rodríguez.
La clausura de su breve precampaña, en la capital neoleonesa.
Y en Monterrey, también, el reciente fin de semana dizque para presenciar un partido de futbol.
¿A qué va tanto a NL? ¿A recibir instrucciones del mandatario estatal? ¿Recursos para la campaña? ¿O será que su ilusa aspiración no es la de ser presidente de la República sino gobernados de la norteña entidad… no le aunque sea potosino?
Y es que ya ve usted que en Veracruz es una zacatecana, Rocío Nahle, la que busca alcanzar la gubernatura.