CHIHUAHUA.- El pasadizo secreto descubierto en el Centro de Reinserción Social (CERESO) número 3, en Ciudad Juárez, por donde los prisioneros ingresaban y sacaban, de forma ilegal, armamento, drogas, pantallas y demás objetos prohibidos por el reglamento, conducía al estacionamiento de los principales administrativos, reconoció Ricardo Realivázquez Domínguez, director del penal.
Durante los operativos de revisión, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) encontraron el pasadizo, cuya puerta de salida se ubicaba fuera del reclusorio, más allá de la aduana, sin que las cámaras de seguridad lograran captar alguna evidencia, según refirió Gilberto Loya Chávez, titular de la corporación. Hasta ahora la ubicación exacta no había sido precisada.
Quienes lo recorrían se daban la libertad de trasladar, sin filtro o permiso alguno, todo tipo de objetos, entre ellos zapatos, ropa, armas hechizas, etcétera. Por consiguiente, la principal hipótesis fue que por ahí los prisioneros introdujeron los artículos destruidos en días recientes: aparatos electrodomésticos, lavadoras, hieleras, armas hechizas e incluso un toro mecánico, además del gato egipcio resguardado a mediados de semana.
Interrogado sobre más detalles sobre el pasadizo, Realivázquez Domínguez confirmó que la puerta daba al estacionamiento de los principales trabajadores. Y descartó que se trate de una zona reservada exclusivamente para él. Sin embargo, aseguró que un contenedor de basura cubría la salida, razón por la que antes no fue observada.
Dijo: «No, no es exclusivo para el director del penal, pero sí es para los principales trabajadores. […] Cuando nosotros la localizamos estaba atrás de un contenedor de basura. Si el contenedor de basura no estuviera en ese lugar, evidentemente es visible. […] No pudiera yo decirle si los directivos o quienes usaban este estacionamiento tenían a la vista la puerta, porque si nosotros no hubiéramos movido ese contenedor, pues, tal vez, no nos hubiéramos dado cuenta».