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Hay una discusión, que a veces parece ociosa, respecto a si el crecimiento de la inversión productiva en México es parte del nearshoring o no.

Como en muchas preguntas relevantes, la respuesta no es simple.

 

Déjeme poner sobre la mesa algunos hechos.

1-El crecimiento de la formación bruta de capital fijo el año pasado fue de 19.5 por ciento. Ya le he comentado que se trata del mayor incremento del que haya registro y del mayor nivel absoluto que hayamos alcanzado. De ese monto, aproximadamente el 88 por ciento corresponde a inversión privada y 12 por ciento a inversión pública. Pero, de la inversión privada efectuada, no sabemos qué tanto está asociada al nearshoring.

 

2-Sabemos también que hay un crecimiento muy fuerte de la demanda de espacios industriales, que creció en más de 100 por ciento entre 2021 y 2023, lo que corresponde con el crecimiento de la inversión privada que se ha efectuado. La cifra reportada por consultoras como CBRE indica que el año pasado la demanda fue de 1.7 millones de metros cuadrados, la mayor de que se tenga registro, lo que nos habla del gran flujo de inversiones.

3-De acuerdo con el Reporte sobre Economías Regionales del Banco de México, en el cuarto trimestre de este año, se detectó que 21 por ciento de las empresas que recibieron inversión extranjera antes de 2023 mejoraron producción, ventas o inversiones, debido a la relocalización industrial o nearshoring. Este porcentaje es del 13.4 por ciento para las empresas mexicanas exportadoras del sector de las manufacturas. Esas cifras dan al menos una idea de la proporción del impacto del nearshoring. Es más relevante entre empresas extranjeras ya establecidas y entre empresas mexicanas exportadoras.

4-La Secretaría de Economía acaba de actualizar sus anuncios de inversiones que se dieron a conocer entre el 1 de enero y el 15 de marzo. La cifra nuevamente es muy alta y alcanzó los 31 mil 512 millones de dólares. Incluye desde los programas de expansión del grupo Femsa, ahora más volcados en el comercio; las inversiones de AWS en centros de datos; de DHL y Mercado Libre en logística; de Walmart, en comercio; de Ternium, en siderúrgica, o de VW, en la industria automotriz, por citar solo algunos de los más importantes.

5-Pese a todo lo anterior, quienes cuestionan la dimensión del llamado nearshoring en México asumen que el indicador relevante es la inversión extranjera directa, la cual tuvo en 2023 un crecimiento marginal si se toman cifras preliminares reportadas por la Secretaría de Economía o incluso una leve caída, si la referencia son los datos del Banco de México. Incluso, si se toma como referente el monto de las nuevas inversiones, lo que se aprecia es una caída de 18 mil 145 millones de dólares en 2022 a 4 mil 816 millones en 2023.

Todavía hay que explicar muchas cosas respecto a estas cifras de inversión extranjera directa, pero desde luego sustentan una duda razonable respecto al impacto del proceso de relocalización en la inversión foránea.

 

Pudiera ser que en los siguientes meses estas entradas de capital se disparen. O quizás lo hagan tras la elección.

¿Qué podemos concluir de todas estas cifras?

Al margen de la forma en que se estén registrando los datos de la inversión extranjera directa, hay una suficiente cantidad de evidencia para detectar que la relocalización industrial, directa o indirectamente ha producido un empuje sin precedentes de la inversión en México, trátese de inversión foránea o mexicana.

Y, hay condiciones para que esa tendencia siga.

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