«Inicié esto… pido nuevamente sus oraciones”, expresó desde el hospital días antes de su fallecimiento, refiriéndose a un padecimiento que ya había enfrentado con anterioridad.
Frank Caprio no era solo conocido en su comunidad, sino en todo Estados Unidos por su labor altruista hacia los más necesitados, los desesperados y vulnerables.
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«Será recordado no solo como un juez respetado, sino también como un esposo, padre, abuelo, bisabuelo y amigo devoto. En su honor, que cada uno de nosotros nos esforcemos por llevar un poco más de compasión al mundo, tal como él lo hizo todos los días”, mensaje publicado tras su muerte.
Frank Caprio nació el 24 de noviembre de 1936 en el barrio ítalo-estadounidense de Federal Hill, Providence. Hijo de inmigrantes italianos—Antonio, vendedor de frutas y leche, y Filomena—creció en un entorno humilde, trabajando desde joven como lavaplatos y limpiabotas mientras asistía a escuelas públicas.
Se graduó de Providence College y empezó su carrera docente en Hope High School, mientras cursaba Derecho por la noche en la Suffolk University Law School.
También sirvió en la Guardia Nacional del Ejército de Rhode Island entre 1954 y 1962.
Ingresó a la política local como miembro del Concejo Municipal de Providence (1962–1968) y más tarde fue presidente de la Junta de Gobernadores de Educación Superior de Rhode Island, responsable de supervisar instituciones como la Universidad de Rhode Island y el Rhode Island College .
En 1985 fue nombrado juez principal del juzgado municipal de Providence, cargo que ocupó hasta 2023.
Su estilo humano y comprensivo lo hizo célebre: muchos de sus casos se televisaban en el programa Caught in Providence, que se volvió viral desde 2017. Para 2019, las visualizaciones superaban los 100 millone.
Caprio compartía con frecuencia reflexiones sobre empatía y compasión. Según ACI Prensa:
«Comprendí que mi papel no era solo aplicar la ley, sino entender las circunstancias de quienes acudían ante mí”.
También recordaba cómo, tras reprender inicialmente a una mujer por sus multas, su padre le hizo ver la difícil situación familiar de ella: “Probablemente le quitaste el dinero de la cena de esta noche”.
En un episodio viral, exoneró a un hombre de 96 años por exceso de velocidad al descubrir que llevaba a su hijo de 63 años a hacerse análisis médicos, una decisión que emocionó al público.
Además de su labor en la corte, Caprio promovió becas con el nombre de su padre para apoyar estudiantes en derecho y reforzar el acceso a servicios legales en comunidades desfavorecidas.