POR CARLOS JARAMILLO VELA
Mensaje de la ministra presidenta de la SCJN: para que tome nota AMLO.
8 de marzo: los derechos de las mujeres y la contracultura del desorden.
Con apego al sentido común así como al deber ético y jurídico, la ministra Norma
Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ratificó que la
función de jueces y magistrados es respetar la Constitución. Tal declaración la
formuló en el marco del día del juzgador celebrado durante la semana que
termina, y cobra especial valor dicha postura, pues aunque es evidente que los
órganos jurisdiccionales tienen por misión cumplir y hacer cumplir la norma
Constitucional, parece que durante el actual sexenio el Presidente Andrés Manuel
López Obrador no ha compartido tal criterio. Así, reiterando la legítima e
indeclinable postura que debe preservar el Poder Judicial Federal, su titular envió
un mensaje claro que no solo debe interpretarse como una expresión general
dirigida a la nación, sino también como un recordatorio al Jefe del Poder Ejecutivo
Federal, quien una y otra vez ha violado el principio constitucional de división de
poderes, intentando intervenir en la función de jueces y magistrados, así como
denostando el trabajo de éstos.
Es deplorable, una vez más, el desenlace que tuvieron en la capital de Chihuahua
las manifestaciones de las mujeres y los hombres que el día 8 de marzo se
expresaron a favor de los derechos de éstas, con motivo del Día Internacional de
la Mujer. Lapidación, vandalismo y destrucción han sido de nuevo los saldos del
ejercicio de libre expresión de algunos manifestantes, quienes de la libertad
pasaron al libertinaje. Este año 2023 no fue distinto a otros anteriores, porque los
bienes y el patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de los chihuahuenses
resultaron dañados nuevamente. Quizá sí ha sido diferente la actual ocasión de
las precedentes, pues ahora el deterioro causado a edificios es de mayor
dimensión, ya que hubo pintas, quema de puertas y rotura de cristales.
Los Palacios de Gobierno Estatal y Municipal, el Palacio Federal, el inmueble de la
Rectoría de la UACH, el edificio del Congreso del Estado, las Estaciones del
Sistema de Transporte Colectivo, y el Monumento a Francisco Villa, son algunos
de los bienes que resultaron vandalizados; además de algunos edificios
particulares que también fueron dañados. Ningún tipo de transgresión a la
dignidad y los demás derechos y libertades fundamentales de las mujeres puede
ser tolerada, y nadie puede ni debe impedir que de manera pública o privada se
exija el respeto a las mujeres, sin embargo, es igualmente inaceptable que el
derecho a la manifestación se ejerza mediante la alteración del orden público y la
violación de las normas de derecho cuyo cumplimiento es obligación de todos los
ciudadanos.
Las manifestaciones del 8 de marzo de 2023 dejan dos lecturas claras: por un
lado, la rabia e impotencia acumuladas en mujeres y familias ultrajadas, y por otro,
la persistencia de una contracultura que se traduce en el uso de la violencia para
exigir el freno a la violencia. Chihuahua y México aún tienen lecciones que
aprender en materia de manifestaciones públicas de manera civilizada.