POR CARLOS JARAMILLO VELA
La pasarela morenista, reflejo de una competencia a ultranza.
Ha levantado críticas la vehemencia que muestran por ganar popularidad los
actores politicos llamados “corcholatas” en la anticipada carrera por la sucesión
presidencial, en la cual el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador los ha
involucrado desde hace 18 meses. El afán por no quedarse atrás en la
competencia por la candidatura presidencial de MORENA, ha llevado a la Jefa de
Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, el Secretario de Relaciones
Exteriores, Marcelo Ebrard y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López,
a intensificar sus apariciones públicas, aprovechando cualquier ocasión como
pretexto para mostrarse ante la ciudadanía y tratar de congraciarse con el mayor
número posible de electores.
Así, cada quien a su manera continúa irrumpiendo en el escaparate público sin
desaprovechar la oportunidad para intentar elevar sus bonos políticos. Marcelo
Ebrard pintado de calavera se tomó fotografías con personas de la capital del país
que festejaban las celebraciones previas al día de muertos; Claudia Sheinbaum,
por su parte participó recientemente en una serie de ejercicios colectivos en
trampolín realizados en el zócalo de la ciudad que ella gobierna, mientas que
Adán Augusto López se ha venido presentando en diversos lugares del país
haciendo declaraciones incendiarias ya sea para descalificar la capacidad
intelectual de los mexicanos de los estados del norte, o para responsabilizar de la
inseguridad al ex presidente Felipe Calderón, o para dejar entrever la posibilidad
de que la sucesión presidencial recaiga en un miembro del ejército.
Tales actitudes y posturas han sido cuestionadas por algunos analistas, quienes
advierten actitudes de chabacanería, desdoro e impertinencia en el
comportamiento de los citados actores políticos integrantes del círculo inmediato
del presidente. No ha faltado quien, como el politólogo Leo Zuckermann, califique
como desfiguros las recientes actitudes de Ebrard y Sheinbaum. Quizá para las
“corcholatas” sea válida la frase que reza que el fin justifica los medios, y por ello
están dispuestos a obtener a ultranza la ansiada candidatura, sin embargo,
muchos mexicanos piensan diferente y esperan una conducta pública discreta por
parte de quienes hoy ocupan los puestos más importantes de la administración
pública. Es evidente que la pasarela morenista es reflejo de una competencia a
ultranza.