No cesa el uso político, politiquero en realidad, del movimiento estudiantil de 1968.
Toca el turno al “segundo piso” de la Cuarta Transformación que, en palabras del Torquemada del obradorato, Pablo Gómez, “parte de quienes recogieron esa lucha es (sic) la Cuarta Transformación”.
Como Luis Echeverría, quien incorporó a jóvenes a su gobierno –al pillo “Nachito” Ovalle, entre otros–, en la primera mañanera claudista, la presidente no sólo reiteró ser “hija del 68” porque su madre sufrió represalias por ser partícipe de las movilizaciones contestatarias, también exhibió un video con imágenes de aquel momentum, y además presentó disculpas oficiales a los parientes de las víctimas.
¿Politiquería?, repito la pregunta.
¿Para de una vez diferenciar a Claudia Sheinbaum de Gustavo Díaz Ordaz y de Echeverría?
Quizá.
Pero si fue para desigualar al gorilato inconstitucional de aquellos tiempos con el gorilato constitucional de ahora, fracasó.
Es el mismo Ejército, pero ahora mucho más empoderado.
Es la misma doctrina militar.
Es la misma disciplina.
Son los mismos soldados, disfrazados de Guardia Nacional, que este martes impedían el paso por las calles del centro de CDMX, incluso a quienes mostraban ser vecinos de la zona.
Pablo Gómez, por cierto, escribió “1968: la historia también está hecha de derrotas”, editado por Miguel Ángel Porrúa.
Hoy se muestra nada dolorido, triunfante.
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¿Huérfanos de López Obrador?
O acaso ¿viudas de Andrés Manuel?
Por favor no vayan a llorar sus penas ante el monumento que la nueva presidente le erigió en su discurso de toma de posesión.
Les aseguro que no lo van a extrañar.
Sus mismas proclamas, las mismas rutinas, los mismos compromisos (incumplidos), idénticas propuestas se vuelven a escuchar ahora.
Es más de lo mismo.
Así que no lo extrañen.
Vive en sus corazones, como acertadamente dijo la propia señora Sheinbaum, cuyo músculo cardiaco no deja de latir por él.
Y así será mientras ella no se asuma como Jefa del Poder Ejecutivo Federal y siga llamando “presidente” a AMLO.
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Al seno de la Bolsa Mexicana de Valores se preguntan si ¿Carlos Slim andará corto de cash?
¿O si será que el viejo fondo de Trouyet y de Senderos busca deshacerse un negocio harto rentable?
Y ¿por qué?
Porque alguien por ahí está vendiendo acciones Serie M de América Móvil, controladora de Telcel, Claro y, entre otras, Claro Video, cuyo valor aproximado es –¡agárrese!– de tres trillones de dólares.
Esas que están a la venta son acciones de control.
Por lo cual el asunto suena raro, muy raro.
¿O será que esos accionistas ya se enteraron que, tampoco en este sexenio, le darán a Slim la concesión para televisión abierta?
Usted ¿qué cree?