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En medio de la escalada de violencia en medio oriente y los recientes atentados que ha enfrentado su población, como la masacre cometida por Hamás el pasado 7 de octubre, los servicios de salud de Israel se adaptan a tiempos de guerra.

Es el caso del Hospital Subterráneo Fortificado, Rambam Health Care Campus ubicado en la ciudad de Haifa al norte de Israel se encuentra listo para ponerse en operación una vez más en caso de que las condiciones así lo demanden.

La iniciativa, recuerda Rafi Beyar, presidente Internacional de Asociaciones Amigas del Rambam se concretó en 2010 luego de la guerra que sostuvo Israel con Líbano en 2006, donde el paìs vecino lanzó por 40 días una serie de misiles en la zona portuaria, impactando algunos de ellos la periferia lo que impidió la ayuda a las personas que resultaron lesionadas.

«Necesitábamos garantizar el servicio en cualquier condición, sin tener que poner en riesgo a los pacientes al bajarlos y sin que nuestro personal médico y trabajadores sin que peligrara su vida”

Se trata de instalaciones médicas en tres niveles por debajo de la superficie para atender todo tipo de emergencias en materia de politraumatismo, como heridas expuestas, fracturas, amputaciones y estallamiento de vísceras por explosivos.

Todo ello con servicios como oxígeno, agua potable, aire acondicionado, energía eléctrica, telefonía, suministro de medicamentos y alimentos, que permitirían seguir operando durante dos días seguidos sin contar con ninguna comunicación con el exterior.

En una superficie de 60 mil metros cuadrados a la cual se puede arribar en helicóptero o ambulancia a través de una puerta de acero que sella herméticamente, se albergan hasta 2 mil camas para los mil cien pacientes del hospital y otros 900 de hospitales cercanos que requieran la ayuda.

Se encuentran dispuestos cuatro quirófanos, los monitores están conectados piso por piso hasta la parte superior, lavabos, inodoros y duchas con descargas eficientes.

Durante la pandemia del coronavirus, el hospital subterráneo funcionó por primera vez como el centro de tratamiento de COVID-19 más grande de Israel atendiendo en promedio a 150 personas diariamente.

De igual modo, fue de vital importancia el trabajo que aquí se realizó para atender a personas que resultaron heridas durante la incursión violenta del grupo terrorista Hamás a comunidades del sur del país.

«Los primeros días después del 7 de octubre estuvieron volando aquí los helicópteros trayendo lesionados para las atenciones de emergencia”, destacó el profesor Beyar durante un recorrido por las instalaciones con Excélsior.

Las atenciones médicas se coordinan en un puesto de mando habilitado también en el tercer nivel que cuenta con acceso al servicio de cámaras de vigilancia de toda la periferia del hospital y un sistema que permite en tiempo real ir marcando los espacios ocupados, disponibles y necesidades en cada una de las camas.

«Este hospital está protegida contra ambas convencionales y no convencionales, tiene la capacidad de quedarse cerrado sin ningún suministro externo, ni agua o comida”, informó Monica, vocera del hospital.

En el estado de alerta en que se encuentra Israel tras los ataques a su población por parte de grupos extremistas y la confrontación con países de la región como es el caso de Irán, garantizar los servicios médicos representa una prioridad.

Para tal fin, existe una coordinación entre directivos del hospital Rambam y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para que, en caso de presentarse una situación que ocasione víctimas masivas, derivado de la guerra, el personal militar brinde los primeros auxilios en tanto se concreta la recepción de pacientes de emergencia en esta institución.

Por AL PE

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