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La muerte de una joven de origen mexica­no motivó toda una campaña contra el consumo y las so­bredosis de fentanilo en Los Ángeles, California.

Melanie Ramos, de 15 años, y su amiga, de 16, apro­vecharon un encuentro de­portivo en su preparatoria en Hollywood para salir de sus casas y encontrarse en la escuela.

El jefe de policía de Los Ángeles, Michael Moore, dijo que en las jóvenes decidieron consumir drogas y compraron en las inmediaciones de su escuela lo que ellas creyeron que eran dosis de un analgé­sico llamado oxicodona.

Pero las pastillas que con­siguieron estaban mezcladas con sobredosis de fentanilo, un opioide sintético que es 50 veces más potente que la he­roína y hasta cien veces más que la morfina.

Los familiares de las jóvenes llamaron a la policía para informar que no habían vuelto a casa y también las buscaron por su cuenta.

El padrastro de Melanie la encontró colapsada en un pa­tio del colegio. Llamó por te­léfono a emergencias, pero los paramédicos la declararon sin vida en el lugar. Su amiga so­brevivió en un hospital e in­formó a la policía lo que había pasado.

Xochitl Quintero, la tía de Melanie, platicó que la joven “era muy alegre y cariñosa; acababa de regresar de Mé­xico de estar unos días con la familia”.

Melanie soñaba con ser parte de las fuerzas armadas estadunidenses.

Autoridades educativas y policías decidieron iniciar una campaña conjunta para pre­venir más muertes por sobre­dosis de fentanilo en todo el condado de Los Ángeles.

El programa incluye ma­yor vigilancia en zonas esco­lares, distribución de dosis de naloxona que revierte rápi­damente una sobredosis de opioides, incluidos fentani­lo, heroína y medicamentos opioides recetados.

Las primeras 600 dosis ya fueron distribuidas, pero hay por lo menos mil 400 escuelas.

Por AL PE

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